Editorial

Fausto y Arturo, los únicos que ganaron en el Verde ya que le restaron a Morena

Por Redacción | viernes, 3 de septiembre de 2021

EMX-Fausto y Arturo, los únicos que ganaron en el Verde ya que le restaron a Morena

Victor Lagunas Peñaloza.


Uno de los partidos que en la pasada elección se vendió caro pero entregó vergonzosos resultados a la alianza ‘Juntos Haremos Historia’, fue el Partido Verde Ecologista.

Su líder en el estado de Baja California, Fausto Gallardo, prometió y aseguró que le sumaría cientos de miles de votos a Morena pero a la hora de la hora, no ganó ni una sola candidatura. Los únicos que se beneficiaron fueron, el todavía investigado por homicidio, ex alcalde de Tijuana y ahora Diputado, Arturo González Cruz y el recién nombrado diputado federal, Fausto Gallardo.

Para mis lectores que no saben quién es este vividor de la política, yo les contaré que este junior representa todo lo que el mexicano detesta de un político. Desde muy joven, no ha sabido hacer otra cosa de su vida, más que vivir del presupuesto público. No te tienes que ir muy atrás para darte cuenta que no ha hecho nada por nuestro estado, que no hizo nada como Diputado estatal, que nunca transparentó en qué se gastaba el gasto social del Congreso del Estado y que fue el que menos iniciativas presentó. Solo servía para vender su voto y su máximo logró fue venderle la candidatura al ex alcalde de Tijuana, Arturo González, ya que por las peleas con Jaime Bonilla y con el delegado federal, Alejandro Ruiz Uribe fue exiliado de Morena. Bien dijo el gobernador “A Arturo le urgía el fuero federal” pues debemos recordar todos los problemas legales con los que cuenta González. Ahora, con lo ganado de su fallido gobierno, le compró a Gallardo, su curul en San Lázaro.

Hoy, los dos diputados presumen en redes sociales que trabajarán por Baja California, pero que se la crean quienes no los conocen. Lo único que saben hacer, es servirse de la política. Su servidor estará atento a sus acciones y los exhibirá cuando empiecen a jugar a ponerle el dedo a la boca a la ciudadanía.