Ensenada

Armando Reyes, mezcla de nepotismo y prepotencia

Por Gerardo Fragoso M. | miércoles, 29 de septiembre de 2021

EMX-Armando Reyes, mezcla de nepotismo y prepotencia

Familiares con empleos públicos, poco trabajo y arrebatos, su sello


ENSENADA.- Una mezcla de nepotismo, ineficiencia y prepotencia. Eso es la carrera política de Armando Reyes Ledesma, diputado federal petista, quien representa al distrito 3 de Ensenada.

Ese cóctel se halla compuesto de familiares suyos en puestos públicos, sin la experiencia o instrucción para desempeñarlos; un escaso trabajo en el ámbito legislativo, inferior al de su antecesor en ese distrito; y arrebatos, como el acontecido, hace una semana, en el Aeropuerto ‘Abelardo L. Rodríguez’, de Tijuana.

Reyes se ha caracterizado por utilizar su influencia política para colocar en puestos públicos a familiares suyos, aunque no tengan el perfil para estos.

Durante su gestión como diputado local, en la 21 legislatura (2013-2016), Layla Elías Padilla Duarte, cuñada de Reyes, fue insertada en la nómina del Poder Legislativo del Estado, con un puesto de diseñadora gráfica, adscrita a la entonces dirección de Comunicación Social, que dirigía la también petista Claudia Josefina Agatón Muñiz.

Padilla no tenía cédula profesional alguna y, sin embargo, se le otorgó un salario de 24 mil pesos mensuales.

En 2016, último año de Reyes como diputado local, a Padilla le fue otorgado un aumento de 9 mil 346 pesos en sus emolumentos.

Reyes también ha colocado a sus hermanos en empleos públicos.

Jorge Reyes Ledesma laboró en el módulo de Agatón, durante la 22 legislatura estatal, primera de tres consecutivas que suma la citada asambleísta.

Pero más serio aún es el caso de María de la Luz Reyes Ledesma, insertada en la Auditoría Superior del Estado.

La hermana del diputado federal tampoco posee cédula de ninguna profesión; sin embargo, está ubicada como “analista ‘B’”, con un salario de 43 mil 842.36 pesos mensuales. Es decir, que María de la Luz gana 526 mil 108 pesos por año, además de tener prestaciones como 65% de prima vacacional y 60 días de aguinaldo.

Reyes tampoco se ha caracterizado por ser un diputado trabajador. El ensenadense presentó únicamente ocho iniciativas en toda la 64 legislatura del Congreso de la Unión, apenas una sexta parte de las 45 elaboradas por Martha Patricia Ramírez Lucero, líder entre los asambleístas federales bajacalifornianos.

Y comparado con su antecesor, no hizo ni la mitad del trabajo del panista Wenceslao Martínez Santos. Martínez presentó 17 iniciativas en sus tres años como legislador.

Por otra parte, de sus ocho iniciativas, Reyes no elaboró ninguna que reformara o creara alguna ley que estuviese directamente relacionada con los problemas de Ensenada.

Y Reyes ha comenzado su segunda legislatura consecutiva como diputado federal protagonizando un escándalo.

La semana pasada, cuando Reyes se dirigía a la Ciudad de México, para asistir al Palacio Legislativo de San Lázaro, tuvo un exabrupto al abordar el vuelo que lo llevaría a la capital del país.

Reyes iba acompañado por una mujer y, al documentar el equipaje de ambos, personal de Volaris le informó que ella debía pagar por la maleta extra que pretendía subir a la aeronave, pues el precio de su pasaje no incluía dicho equipaje.

El asambleísta se puso agresivo con el personal de la aerolínea y también de la terminal.

Ante tal situación, los trabajadores de Volaris activaron el protocolo que se aplica a cualquier pasajero agresivo, cerrando el túnel, para impedirle el acceso al aparato.

Sin embargo, Reyes, blandiendo su cargo y siguiendo con su conducta, logró llegar hasta el avión, ocupó su asiento y se negó a bajar del mismo.

Así, todos los pasajeros fueron obligados a bajar, para que elementos de seguridad sacaran a Reyes. Sin embargo, los viajantes fueron enviados hasta la puerta 9, para que nadie pudiese grabar el desalojo de Reyes, si bien una de las pasajeras si captó, con su teléfono celular, cuando salía hacia la recepción del aeródromo, maleta en mano.

Al día siguiente, Reyes subió a la tribuna de la Cámara de Diputados, para quejarse de las aerolíneas, particularmente de los cobros de equipaje, y solicitar la intervención de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, pero solamente logró una andanada por parte de la opinión pública de la capital mexicana.