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Edith Piaf: La Diva en Rosa

Por Redacción | sábado, 19 de diciembre de 2020

EMX-Edith Piaf:  La Diva en Rosa


En la vía pública es descubierta por el buscatalentos Louis Leplée, quien también era gerente de un popular cabaret llamado Gerny´s localizado en los Campos Elíseos. Ahí se presenta bajo el nombre de batalla de “La Mome Piaf” (La Niña Gorrión”), mote con que fue bautizada artísticamente por su corta estatura.

*Por Octavio Hernández.

Non, rien de rien.

Non, je ne regrette rien.

Ni le bien qu'on m'a fait,

Ni le mal. Tout ça m'est bien égal!

Non, rien de rien.

Non, je ne regrette rien...

C'est payé, balayé, oublié

Je me fous du passé!

Avec mes souvenirs

J'ai allumé le feu,

Mes chagrins, mes plaisirs

Je n'ai plus besoin d'eux!

(“Non, Je ne Regrette Rien”).

Traducción:

No, nada de nada.

No, no lamento nada.

Ni el bien que me han hecho,

ni el mal. ¡Todo me da igual!

No, nada de nada.

No, no lamento nada.

Eso está pagado, barrido, olvidado.

¡Me importa un bledo el pasado!

Con mis recuerdos

hice una fogata.

Mis tristezas,

mis placeres,

ya no los necesito.

(“No, No Lamento Nada”).

Intro

Edith Piaf fue la voz que encarnó el amor y el desamor, la mujer que cada vez que cantaba “se arrancaba el alma por última vez”, una garganta emotiva, profunda, seductora, capaz de contagiar el espíritu de todo aquel que la escuchara. Pero como otras tantas cantantes sensibles del planeta, estuvo siempre perseguida por un destino implacable que la despojaba de la felicidad que a cuentagotas le daba la vida. Musa que vivió situaciones semejantes a las que otras sufrieron en la pasarela del mundanal canto y que murieron antes de los 50 años. Como la maravillosa Billie Holiday: Lady Day en la ruta del jazz, la divina gaúcha Elis Regina en el horizonte del bossa nova y de la MPB, la hechizante Bessie Smith de Chattanooga, TN, bajo el embrujo del blues o nuestra paisana la inmortal Lucha Reyes en la senda de la música vernácula mexicana. Almas gemelas de la Piaf que como ella amaron con pasión, hicieron de sus infortunios la catapulta de su intensidad interpretativa y vivieron sus vidas con el acelerador a fondo hasta extinguir la última página de su existencia. El Gorrión Parisino le temía más a la soledad que a la muerte.

En París; Entre el Cielo y el Infierno

Edith Giovanna Gassion (Edith Piaf), nació el 19 de diciembre de 1915 en la Ciudad Luz, literalmente bajo una farola luminosa sobre la banqueta frente al número 72 de la calle Belleville, sus padres fueron el acróbata Louis Alphonse Gassion y la cantante ambulante Annetta Maillard de ascendencia italo-argelina. Ambos sumidos en la pobreza, a tal grado, que más tarde la dejan en manos de su abuela materna Aicha Said Ben Mohammed para que la críe, y ésta luego de un lapso, se la regresa al padre quien continúa con la lamentable carambola existencial de su hija dejándosela a su abuela paterna que regentea un burdel en Normandía, cuando es llamado para ir al frente de batalla en la Primera Guerra Mundial. La niña crece bajo el arrullo de las infinitas fiestas nocturnas y el amor y el cuidado de las mujeres públicas que habitan el lugar. Finalizada la contienda bélica su padre la recoge y se la lleva para que viva con él la vida de los circos itinerantes, y luego la miseria de los artistas ambulantes. Entre tanta desgracia la Piaf deslumbra en las calles con su enorme talento y excepcional voz, acompañada por su padre, como años atrás su madre lo hacía. A los 17 en la propia ciudad de donde salen las cigueñas da a luz una niña llamada Marcelle, fruto de sus correrías con su amante Louis Dupont, lamentablemente muere de meningitis a los 2 años de edad. Una vez más la desgracia destroza su precaria felicidad con su filosa guadaña.

Destellos y Eclipses Artísticos

En la vía pública es descubierta por el buscatalentos Louis Leplée, quien también era gerente de un popular cabaret llamado Gerny´s localizado en los Campos Elíseos. Ahí se presenta bajo el nombre de batalla de “La Mome Piaf” (La Niña Gorrión”), mote con que fue bautizada artísticamente por su corta estatura. Sus presentaciones fueron sumamente exitosas ya que contaba con una maravillosa voz y un carisma personal que atraía al público. El compositor Raymonde Asso queda impresionado con ella y la virtuosa pianista Marguerite Monnot se vuelve su amiga y pianista de cabecera durante la mayor parte de su carrera, componiéndole la música de temas como “Mon Légionnaire”, “Milord”, “Amants d´un Jour” y la célebre “Hymne á L´amour”. Gracias a su talento es contratada por el sello discográfico Polydor y su primer disco “Les Momes de la Cloche*” (Los Niños de la Campana) se edita en 1936 y dedica la grabación con el término “cloche” a los niños mendigos parisinos. Cuando los elogios se multiplicaban, la fatalidad vuelve a tocar a su puerta cuando Leplée es asesinado y se le relaciona con la mafia del barrio de Pigalle, y ella queda involucrada en el escándalo. Su torre de barajas se desploma y queda de nuevo en la calle, sobreviviendo en pequeños cabarets sucios y miserables.

De la Calle al Estrellato

Un año más tarde se conecta de nuevo con el compositor Raymond Asso a quien había dejado de ver tiempo atrás y éste se convierte en su protector y amante, y la prepara para brillar en el Music-Hall.

Édith Piaf debuta en el teatro ABC de París y se convierte de inmediato en una de las máximas estrellas de la canción francesa, adorada por el público y difundida ampliamente por la radio. En 1940 se presenta con éxito en la obra teatral “Le Bel Indifférent”, del maestro Jean Cocteau quien la escribió especialmente para ella. Y aún caliente el firmamento inicia su carrera cinematográfica con la cinta “Montmartre sur Seine”, del director Georges Lacombe. El viento sopla a su favor y en la primavera del 44 se presenta en el legendario Moulin Rouge, donde el joven cantante y futuro actor Yves Montand forma parte del espectáculo. Y ahí se produce un inevitable flechazo entre ambos: Por un lado la Piaf, célebre y devoradora de hombres, y por el otro un novel pero atractivo artista que trae la “e” del éxito en la frente. La diva se da a la tarea de iniciar a su nuevo amante en los trucos del oficio y desarrollarlo como artista, por lo cual lo presenta con las personas más importantes de la época en el mundo del espectáculo: Joseph Kosma, Henri Crolla, Loulou Gasté, Jean Guigo, Henri Contet, Louiguy, Marguerite Monnot, Bob Castella, Francis Lemarque y otros muchos. Entonces llega la guerra y cada uno lucha por su lado: Ella canta en los music-halls y en los clubes, defiende sus ideales a capa y espada, y ayuda a algunos prisioneros a escapar de los invasores. Finalizado el violento trance, en 1945 escribe la letra de “La Vie en Rose” (La Vida en Rosa) su canción más sonada, la cual interpreta intensamente en la comédie-francaise. Y Montand por su parte, se convierte en una estrella del music-hall, debuta en el cine junto a ÉP en “Étoile sans Lumière”, para después lograr su primer papel protagonista en “Les Portes de la Nuit” del genial cineasta Marcel Carné. Las cartas estaban echadas, ambos parten en gira el año 1946, en la cual se separan. Edith Piaf se convierte en la musa de los existencialistas, su nombre salta el gran charco en la década de los cincuenta y su fama se torna internacional.

Amores y Desamores

Tres años más tarde, en el 48, mientras giraba triunfalmente por la Urbe de Hierro vive una de las pasiones más intensas de su vida con el boxeador galo de origen argelino, Marcel Cerdan, quien se convirtió en Campeón Mundial de Peso Medio en septiembre de ese mismo año y quien tuvo un accidente fatal al año siguiente al volar de París a Nueva York para ir a encontrarse con ella. Una vez más el implacable infortunio pinta de negro su camino y abatida por la desgracia se vuelve adicta a la morfina. En honor a él cantó su éxito “Hymne á L´amour” y tal idilio dio pie a la película “Edith e Marcel”. De ahí en adelante su corazón se quiebra en mil pedazos y se lo entrega a cada uno de sus siguientes amantes: El mítico actor norteamericano Marlon Brando, el famoso cantante francés Charles Aznavour, el actor y cantante parisino de origen griego Theo Sarapo (Theophanis Lamboukas), el cantante francés Jacques Pills (con el que se casa en el 52 y se divorcia en el 56), y el cantor galo Georges Moustaki entre otros. Con este último vive un tórrido romance, lo lanza como cantante y tiene a su lado un grave accidente automovilístico en 1958, que empeora su deteriorado estado de salud y su dependencia de la morfina.

La Caída de una Estrella

Durante el tour neoyorquino en el 59 se desploma en el escenario, y sus dolencias la llevan numerosas veces al quirófano. Regresa a París, debilitada, decaída, sin luz, en un penoso estado de salud y sin Moustaki que la había abandonado ante sus excesos. Su férreo espíritu la hace levantarse de nuevo y en 1961 a petición del promotor Bruno Coquatrix ofrece una serie de memorables conciertos en el Olympia de París, para salvar a este templo del arte y la cultura de la bancarrota. Ahí canta entre otras “Non, Je Ne Regrette Rien” (No, No Lamento Nada), que encaja perfectamente en ese momento de su vida. Gracias a su temple y talento salva al teatro con una sucesión de llenos absolutos. Su adicción la va matando poco a poco, apenas y se puede mantener en pie y canta solamente cuando se suministra potentes dosis de morfina. En 1962 a los 46 años, hastiada, enferma y adicta, se casa con el joven y apuesto cantante Théo Sarapo de 26 años, y declara públicamente que siente que él es como un hijo que cuida a su madre, anciana y enferma. A principios del 63 graba su última canción “L'Homme de Berlin” y el 10 de octubre muere de cirrosis hepática a los 47 años en Plasscassier. Su muerte se anuncia oficialmente un día después y coincide con el fallecimiento de su amigo el cineasta Jean Cocteau. Su entierro tiene lugar en el cementerio Pére Lachaise en donde yace Chopin, Apollinaire, Balzac, Bizet, Colette, Daumier, Meliés, Nerval y Oscar Wilde entre otros muchos. Charles Aznavour declaró impresionado que desde la Segunda Guerra Mundial nunca se había detenido el tráfico como ese día en todo París ante la muerte de La Mome Piaf (La Niña Gorrión).

Coda

“Avec mes souvenirs J'ai allumé le feu. Mes chagrins, mes plaisirs, Je n'ai plus besoin d'eux!

Balayés les amours, Et tous leurs trémolos, Balayés pour toujours, Je repars à zero”. (Con mis recuerdos hice una fogata. Mis tristezas, mis placeres, ya no los necesito. Barridos los amores y todos sus temores. Barridos por siempre, comienzo de cero).