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El encuentro, disputado en el Rogers Centre, fue un espectáculo de drama y tensión desde el primer inning. Los Blue Jays tomaron ventaja de 3-0 en la tercera entrada, luego de un cuadrangular de tres carreras conectado por Bo Bichette, desatando la euforia entre los aficionados canadienses.

Sin embargo, los Dodgers demostraron por qué son uno de los equipos más sólidos de la última década. En la novena entrada, Miguel Rojas conectó un jonrón solitario que igualó el marcador 4-4 y forzó los extrainnings.

El héroe definitivo fue Will Smith, quien en la parte alta de la undécima entrada conectó un batazo decisivo por todo el jardín izquierdo, poniendo el 5-4 que selló la victoria angelina. El japonés Yoshinobu Yamamoto subió al montículo para cerrar el encuentro y, con una doble matanza, aseguró el campeonato para su equipo.

Con este resultado, los Dodgers lograron su segundo título consecutivo, algo que no ocurría en las Grandes Ligas desde los Yankees de 1999-2000. Además, este fue apenas el tercer Juego 7 de Serie Mundial en la historia que se extiende hasta las 11 entradas.

El mánager Dave Roberts elogió la determinación de su equipo: “Este grupo nunca se rinde. Lo han demostrado todo el año, y hoy escribieron otro capítulo en la historia de los Dodgers”.

Para Toronto, la derrota significó una amarga despedida tras una temporada histórica que los llevó a su primera Serie Mundial desde 1993. “Nos quedamos cortos, pero lo dejamos todo en el campo”, expresó el manager John Schneider.

La victoria de los Dodgers confirma el dominio de la franquicia angelina en la era moderna del béisbol y su capacidad para sobreponerse en los momentos más difíciles, en una Serie Mundial que ya es considerada una de las más emocionantes de los últimos tiempos.