Editorial

“Hay que pagar impuestos por todo lo que tenemos”, eso es la creencia que se tiene; pagamos impuestos cuando compramos una casa, cuando recibimos un premio, una herencia, cuando nos pagan nuestro sueldo, pero existen ciertos supuestos, en donde aun y cuando se trate de un ingreso, no estamos obligados a pagar el impuesto sobre la renta.

Las donaciones son actos de dar algo sin esperar nada a cambio. En términos fiscales, las donaciones suelen estar sujetas a impuestos, específicamente al Impuesto sobre donaciones. Esta es una figura impositiva que grava la transmisión gratuita de bienes y derechos que se produzcan por actos "inter vivos", es decir, durante la vida de la persona que realiza la donación. La regla general es que, si una persona recibe una donación, económica o en bienes, es un ingreso a su patrimonio y debe pagar impuestos.

Sin embargo, en el caso de los donativos entre cónyuges, la situación es diferente. Aunque en primera instancia podría parecer que este tipo de donativos deberían estar sujetos al Impuesto sobre Donaciones, como cualquier otra donación, la realidad es que no es así, ya que los donativos entre cónyuges están exentos de este impuesto de acuerdo con el artículo 93, fracción XXII de la Ley del Impuesto Sobre la Renta

Los donativos entre cónyuges representan una excepción dentro del marco fiscal ya que estos bienes forman parte del régimen económico matrimonial, y por lo tanto, no constituyen una adquisición nueva, sino más bien una redistribución de los mismos dentro del matrimonio. Es un detalle desconocido por muchos, pero que puede tener un impacto significativo en la planificación fiscal de un matrimonio.

No te dejes llevar por la desinformación, es importante conocer las bondades con las que cuentas como contribuyente y con esto cuidar el patrimonio de tu familia. Acércate a tus asesores fiscales de confianza, quienes te ayudaran a despejar todas tus dudas, así como también te recomendaran las mejores estrategias de prevención.