Editorial

PERSPECTIVA NORMA BUSTAMANTE; LA TOLERANCIA

Por Redacción | lunes, 4 de marzo de 2024

EMX-PERSPECTIVA NORMA BUSTAMANTE; LA TOLERANCIA


La pretensión de la universalidad de los derechos humanos es una tendencia que ofrece muchas dificultades para su aplicación, somos diferentes, dispares, antagónicos y en ocasiones enemigos, pero tenemos que buscar un común denominador normativo para vivir en armonía. Es importante empezar por el ejercicio de la tolerancia, parece simple, no lo es, pero sí, indudablemente necesario.

 Tolerancia es una palabra que se interpreta de diferentes modos y que en alguno de ellos pudiera parecer sinónimo de debilidad. No es así, Tolerancia es la virtud de saber convivir con personas de creencias opuestas a las nuestras. El gran reto de la vida, una virtud que debe fortalecerse. Esta virtud debe ser observada sobre todo cuando se detenta algún poder porque tolerar no es suspender nuestro juicio acerca de creencias o conductas sino no utilizarlo como motivo para persecución. 

Como todas las virtudes que puedan atribuirse tanto a individuos como a instituciones públicas, la tolerancia tiene que ver con la ética de los principios y por supuesto implica numerosos conflictos ligados a la responsabilidad. El problema principal radica en determinar los límites de lo tolerable o de lo intolerable.

La tolerancia no significa indiferencia ante lo que ocurre a nuestro alrededor o indulgencia y permisividad hacia el crimen, es una visión amplia y universal que privilegia la igualdad democrática en derechos. 

Para vivir en tolerancia se requiere por supuesto la disposición institucional pero también ciertas virtudes privadas que admitan que el conflicto de ideas siempre estará presente y es precisamente el reconocimiento de lo diferente la verdadera muestra de libertad. 

Y es que aferrarse a las propias ideas como solemos hacerlo y permanecer en ellas sin abrirse a las interpretaciones distintas de la realidad es casi común en los seres humanos, ya algunos filósofos se han planteado la interrogante acerca de si hay algún conocimiento en el mundo tan cierto que ninguna persona pueda dudar de él. Esta interrogante aparentemente sencilla es una de las más difíciles que se pueda plantear y casi diríamos que es la base de la filosofía porque la filosofía no es más que el intento de responder a esas preguntas de manera crítica.

En la vida diaria aceptamos como ciertas muchas cosas que después de un análisis riguroso nos aparecen llenas de evidentes contradicciones, tenemos que hacer un gran esfuerzo de pensamiento para tratar de acercarnos lo más posible a la verdad porque nuestros juicios dependen de nuestras experiencias y eso es normal pero no necesariamente verdadero.

Y precisamente por esa dificultad de conocer la verdad es que la tolerancia hacia lo que no concuerda con nuestras propias ideas, abre una inmensa posibilidad de conocimiento. Aceptarlo así ya es importante pero si tenemos el valor de acercarnos a lo diferente, encontraremos opciones y caminos que nunca imaginamos. Nuestra fidelidad hacia lo aprendido es muchas veces lo que nos impide encaminarnos hacia nuevos conocimientos.

Lo convencional, es decir lo que ya está establecido es siempre una forma de seguridad, abrirse a la autocrítica renacer sin falsos escrúpulos es fuerza y no debilidad y sin fanatismos, como bien dijo Federico Nietzche, “ el fanatismo es la única fuerza de voluntad de que son capaces los débiles.”

Desproveerse de todo eso inicia precisamente con la tolerancia, con ese aprender a ver a los demás sin sentirnos árbitros o juzgadores, recordar que esto puede ser recíproco, queremos que sean tolerantes con nuestras ideas por lo que es imprescindible que renunciemos a nuestra propia intolerancia.

 El total reconocimiento a lo diferente de una manera auténtica es una fuerza progresista que nos conduce por los intrincados y sinuosos caminos que llevan hacia la convivencia pacífica, meta de todas las sociedades humanas.
viveleyendo.normabustamante@gmail.com