¿Te imaginas un mundo donde no sabes qué ocurrió hoy?
Hace 65 años, nos enfrentamos a esa misma incertidumbre y decidimos cambiarlo.
Hace 65 años, nos enfrentamos a esa misma incertidumbre y decidimos cambiarlo.
¿Te imaginas un mundo donde no sabes qué ocurrió hoy?
Hace 65 años, nos enfrentamos a esa misma incertidumbre y decidimos cambiarlo.
Hace 65 años, nos enfrentamos a esa misma incertidumbre y decidimos cambiarlo.
En una época donde la comunicación era limitada y las noticias viajaban lentamente, un mexicano visionario vio la necesidad de una voz que uniera a la comunidad, que contara nuestras historias, documentara nuestras luchas y celebrara nuestros logros.
Don Eligio Valencia Roque luchó por reconectarnos con nuestra esencia y con lo que realmente importa, día a día. Con pasión y compromiso, esas historias cotidianas dieron vida a El Mexicano, el gran diario regional, que se convirtió en el pilar de la información veraz y oportuna para Baja California y, con el tiempo, para todo el país.
Durante más de seis décadas, Don Eligio Valencia Roque llevó las noticias a cada hogar. Hoy, continuamos esa labor con la misma pasión y compromiso, informando con el corazón, ayer, hoy y siempre.
Somos aquellos que aún creen en el poder de la palabra escrita, los que encuentran magia en las historias, los que se enamoran de su trabajo cada día. Para nosotros, informar día a día no es solo un trabajo; es una identidad, una forma de vida.
El Mexicano 65 Aniversario: Historias que inspiran, verdad que perdura.
Noticias de Tijuana. El Gran Diario Regional en línea, presentando noticias en tiempo real con información de Tijuana, Mexicali, Ensenada, Rosarito, Tecate, Baja California, México y el mundo
En Tendencia: Jaime Bonilla, AMLO, Marina Del Pilar, Policiaca Tijuana, Garita Tijuana, UABC, Pandemia, COVID, Xolos, Toros
No creo que ningún tiempo pasado haya sido mejor, simplemente es que el antes era diferente, con sus propias situaciones, retos y problemas. Los cambios de una sociedad a otra, de un tiempo a otro, de un instante a otro, son la vida misma y su devenir. Quién se para y se queda varado en el camino, de pronto puede sentir que todos lo pasan, que los acontecimientos lo superan y que pierde el control. Este es mi discurso común y mis parecidas respuestas a la buena cantidad de amigos que siempre se están quejando y añorando supuestos mejores pasados y digo supuestos porque del pasado nos quedan las vivencias muy malas o las muy buenas, pero todo lo demás se torna borroso, luego acomodamos las imágenes, fabricamos la historia y el pasado que recordamos se desacopla y ya no se parece a lo que en realidad fue nuestra vida.
Hay también una tendencia que induce a culpar a otros de lo que sucede o incluso a factores externos, como la tecnología que nos rebasa, el clima o la mala salud. Todos conocemos a esa clase de personas cuyo discurso derrotista es conmovedor, pero si bien todo eso incide en nuestra vida, tenemos el poder de la decisión dentro del ámbito de nuestra libertad. Y dentro de esa libertad y el convencimiento del poder de los cambios, los optimistas nos movemos intentando convencer a otros que no lo son tanto, para que sus vidas sean plenas y además significativas socialmente.
Sin embargo, aunque seamos optimistas, no es posible dejar de reconocer que actualmente es fácil perder la esperanza cuando a nuestro alrededor el individualismo egoísta nos ha llevado a extremos que ponen en peligro nuestra existencia en este planeta. Y todos contribuimos de alguna mala manera a que eso suceda. Por citar ejemplos comunes, el atroz despilfarro de energía que diariamente hacemos y el mal uso de los recursos naturales que están causando desastres ecológicos nunca antes vistos. Nos asustamos, sí, pero seguimos usando un auto para una sola persona, desperdiciando el agua sin ninguna consideración, usando secadoras de ropa eléctricas o de gas cuando afuera la temperatura registra más de cuarenta grados y generando basura de todo tipo que no se recicla.
Hay dos palabras olvidadas que deberíamos recuperar. Moral y Etica. La moral nos sostiene en la vida, haciendo que sin perder nuestros objetivos y tratando de ser felices, establezcamos buenas relaciones con los demás y la ética, su compañera, busca que nuestras acciones contribuyan a la plena realización de lo humano.
¿Por qué nos es tan difícil vivir en armonía? ¿Por qué la tendencia a destruir? No tengo respuestas, pero las busco. Intento ser coherente, establecer un sentido de la vida, es confuso lo sé, pero no entiendo el sentido de lo humano sin la defensa a ultranza de la vida y de la naturaleza.
Creo que todos los seres humanos, más allá de las razas, de las religiones, del lugar donde estemos, de la edad, de las condiciones en que vivimos, todos, tenemos la capacidad de reconocer el bien y el mal, lo justo o lo injusto. Somos seres de razón y de entendimiento y en esa razón y en ese entendimiento ¿Es tan difícil entender que nuestras malas acciones se regresan? Todas, absolutamente todas, son como un boomerang.
Nunca es tarde para reflexionar, para entender otras visiones y otras perspectivas, romper los círculos de odio, de malentendidos y de rencores inútiles nos puede llevar a gratísimas sorpresas que tienen algo que ver con la felicidad.