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Beach Donkey, un pingüino africano de 24 años, presentó una enfermedad que le imposibilitaba caminar debido a la inflamación de sus almohadillas, sin embargo, especialistas del Acuario de Nueva Inglaterra lo ayudaron a recuperar la movilidad con algo poco común: un par de zapatos.

Un equipo de veterinarios del acuario dedicó tres años al tratamiento del pingüino que fue diagnosticado con pododermatitis, una condición inflamatoria de los pies que puede provocar lesiones en la almohadilla y, si no se trata, puede provocar una infección progresiva del hueso y pérdida de movilidad.

También conocida como “pie de bumble”, la pododermatitis afecta tanto a los pingüinos salvajes como a los de los zoológicos y acuarios y es causada por una variedad de factores, incluida la edad y la genética.

En 2020, personal del acuario detectó la enfermedad en Beach Donkey y comenzó a tratarlo para evitar que se complicara y le causara imposibilidad definitiva para caminar.

La solución fue emplear un par de zapatos que protegiera los pies de Beach Donkey, sin embargo no fue tan sencillo pues el principal problema fue lograr que se habituara a sus nuevos botines.

“El diagnóstico temprano con controles de patas de rutina, seguidos de un tratamiento intensivo, requiere una amplia colaboración con los equipos veterinarios y de cría”, dijo la doctora Melissa Joblon, veterinaria asociada del Acuario.

Además de tratar directamente las lesiones que ya tenía el pingüino en su pata, el equipo trabajó para resolver cualquier factor ambiental que pudiera estar incrementando la condición de Beach Donkey.

En las áreas donde estaba siendo tratado, el equipo usó arena para gatos para mantener sus pies secos y ayudar a desbridar los callos, y colocaron un tapete en el territorio de Beach Donkey en la exhibición del Acuario para minimizar la irritación de sus pies.

Aunque al inicio fue difícil que caminara con sus botas, los veterinarios encontraron un premio ideal para el paciente, además de darle trozos de pescado.

Resulta que Beach Donkey es muy curioso y le gusta explorar los pasillos del acuario, así que cada que quería salir a caminar por los pasillos lo hacía con sus botas, para asociarlas a algo positivo.

“Ella siempre ha sido un ave curiosa y parecía gustarle mucho la oportunidad de explorar el Acuario fuera de su espacio de exhibición. Por supuesto, al personal también le encantaba cuando aparecía en lugares inesperados”, agregó Amanda.

-EXCELSIOR