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El regulador británico del agua, Ofwat, explicó que la sanción se debe principalmente a los repetidos vertidos de aguas negras, así como a pagos indebidos de dividendos a accionistas mientras la infraestructura sufría fallas graves.

“Nuestra investigación reveló incumplimientos serios en la construcción, mantenimiento y operación de sus sistemas”, señaló David Black, director general de Ofwat, en un comunicado.

Las empresas de agua del Reino Unido, privatizadas desde 1989, han sido fuertemente criticadas por verter aguas residuales al medioambiente, en parte por operar con un sistema de alcantarillado antiguo, heredado de la época victoriana. Thames Water, que atiende a unos 16 millones de personas (una cuarta parte de la población británica), enfrenta además una crisis financiera que podría forzar un rescate público multimillonario.

La multa incluye 104,5 millones de libras (141,4 millones de dólares) por las faltas ambientales, además de otros 18,2 millones de libras (24,6 millones de dólares) por los dividendos maljustificados. Thames Water aseguró en un comunicado que está tomando medidas para resolver los problemas, aunque también busca activamente un comprador que la salve de su complicada situación financiera.