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Una joven de 22 años identificada como Roksana Lecka, oriunda de Hounslow, fue condenada en el Tribunal de la Corona de Kingston por cometer abuso físico contra al menos 21 bebés mientras trabajaba en dos guarderías del suroeste de Londres.

Según informó The Guardian, Lecka admitió siete cargos por crueldad hacia menores y fue hallada culpable de otros 14 delitos por un jurado.

El caso salió a la luz en junio de 2024, cuando fue suspendida de su puesto en Riverside Nursery, en Twickenham, tras mostrar un comportamiento “nervioso” y ser acusada de pellizcar a varios niños.

Posteriormente, una revisión de las cámaras de seguridad reveló una sucesión de episodios de violencia alarmante: Lecka fue vista arañando y pellizcando a bebés debajo de la ropa, y en una ocasión llegó a patear en la cara a un niño pequeño y pisarle el hombro, detalló la Fiscalía de la Corona (CPS).

El sargento detective Geoff Boye, de la Policía Metropolitana, señaló que “las imágenes muestran a Lecka realizando múltiples agresiones a los niños a su cargo, incluyendo pellizcos y agarres repetidos, dejando caer a los bebés en sus cunas y, en una ocasión, propinó varias patadas a un niño pequeño en la cara y le pisó el hombro”.

EL caso salió a la luz luego de que la joven fuera suspendida de Riverside Nursery, en Twickenham.

Los hechos ocurrieron entre octubre de 2023 y junio de 2024, tanto en Riverside Nursery como en Little Munchkins, en Hounslow. En marzo y mayo, varios padres ya habían reportado hematomas inexplicables en sus hijos.

Las autoridades informaron además que Lecka consumía cannabis antes de sus turnos laborales y que en una oportunidad fue grabada vapeando a un metro de distancia de un bebé.

“La magnitud del abuso es alarmante”, declaró la fiscal principal Gemma Burns, quien sostuvo que Lecka atacaba a los niños cuando no había supervisión directa, y que los peritos lograron vincular las lesiones de las víctimas con marcas de pellizcos. “Lecka fue colocada en una posición de confianza… y en lugar de proteger, optó por maltratar cruelmente a estos niños durante meses”.

La inspectora Sian Hutchings destacó el impacto que tuvieron las pruebas en las familias afectadas: “Estas familias dejaron a sus hijos al cuidado de Lecka, confiando en que ella los protegería… Las imágenes de sus delitos eran perturbadoras”.

Varios padres, en busca de justicia, acudieron a estudios legales. La abogada Jemma Till, del bufete Irwin Mitchell, afirmó: “Las familias que representamos están profundamente conmocionadas y traumatizadas… Es otro caso devastador en el que niños sufren a manos de alguien en quien confiaban”. Till añadió que aunque los abusos de Lecka se detuvieron, “las consecuencias emocionales persistirán durante muchos años”.

Desde el ámbito político, la diputada liberal demócrata Munira Wilson, representante de Twickenham, sostuvo que es fundamental que “las familias vean que se hace justicia y que los niños reciban todo el apoyo necesario para recuperarse del trauma”.

Además, remarcó la necesidad de implementar “reformas urgentes” en el sistema de inspección de las guarderías, incluyendo visitas sin previo aviso y revisiones periódicas de las grabaciones de CCTV, con el objetivo de detectar tempranamente situaciones de maltrato.

Lecka recibirá sentencia el 26 de septiembre, mientras crece la presión pública y parlamentaria por reforzar los controles y mejorar la seguridad en los centros de cuidado infantil.

-Con información de Infobae