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Coordinado por el santuario Ostok y liderado por el activista Ernesto Zazueta, el operativo representa el mayor traslado de fauna silvestre en la historia del país. La medida fue tomada para proteger a las especies que habitaban en un entorno cada vez más hostil, marcado por enfrentamientos armados, bloqueos y operativos militares.

“El riesgo era alto, no podíamos permitir que los animales quedaran expuestos en una zona de conflicto”, señaló Zazueta. Por razones de seguridad, el nombre del santuario receptor no ha sido revelado.

Entre los animales reubicados hay tigres, leones, cocodrilos, monos araña, aves rapaces y diversos reptiles, muchos de ellos rescatados anteriormente del tráfico ilegal de especies y del abandono.

El operativo involucra a veterinarios, cuidadores, transportistas y técnicos especializados, quienes han trabajado intensamente para garantizar el bienestar de cada ejemplar durante el traslado. Las maniobras continuarán en los próximos días, bajo estrictos protocolos de seguridad.

La reubicación masiva ha sido aplaudida como una acción ejemplar que refleja cómo la violencia no solo impacta a las personas, sino también a la vida silvestre que habita en zonas urbanas vulnerables.