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Macías se ganó su lugar en los anales de la historia el 23 de agosto de 1957, cuando, a los 12 años, consiguió la hazaña que marcó su vida al convertirse en el autor del único juego perfecto que se ha lanzado en una final en la historia de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas, torneo que se lleva a cabo desde 1947 en Williamsport, Pensilvania.

Con su proeza, que se volvió noticia a nivel mundial, Macías impulsó la victoria de 4-0 que Industrial de Monterrey logró a costa de La Mesa, California. Ese fue el primer título para México en la categoría y también fue la primera vez que un equipo extranjero se coronó en el torneo.

Oriundo de Aguascalientes, nacido el 2 de septiembre de 1944, Macías se asentó en Monterrey desde pequeño y llegó al profesionalismo desde los 18 años, cuando, en 1962, debutó en la Liga del Centro con los Tuneros de San Luis. Disputó un par de campañas en Ligas Menores de Estados Unidos, en 1962 y 1963, con la sucursal Clase A de Los Ángeles Angels en San José.

Aunque tenía la habilidad de lanzar como zurdo o como diestro, durante su trayectoria profesional se desempeñó como jardinero, debutando en la Liga Mexicana de Beisbol en 1963 con los Broncos de Reynosa, con los que fue campeón en 1969. En 1971 pasó a Sultanes de Monterrey hasta completar once temporadas en la LMB.

También tuvo actividad en la Liga Mexicana del Pacífico como parte de Tomateros de Culiacán y Naranjeros de Hermosillo, equipo con el que disputó la Serie del Caribe en 1971, en la que fue la primera participación de México en el evento.

Macías también fue director de la Academia de la Liga Mexicana de Beisbol en El Carmen, Nuevo León, del 2000 al 2005 y en 2017 fue exaltado al Salón de la Excelencia de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.