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Por Armando Maya Castro | jueves, 5 de septiembre de 2024
Nuevos casos de intolerancia religiosa en Oaxaca
Es lamentable que en algunas comunidades de México se sigan presentando casos de intolerancia religiosa, como el ocurrido recientemente en el estado de Oaxaca, específicamente en la comunidad de San Isidro El Arenal, del municipio de San Juan Lalana.
El atropello en cuestión fue en agravio de una familia de la religión cristiana evangélica. Una nota de Tomás Martínez de NVI Noticias refiere que dicha familia “fue despojada de sus predios, quemadas sus propiedades y expulsados de la comunidad”.
La persecución religiosa en esa comunidad comenzó el 15 de julio de 2024. Ese día, los habitantes de San Isidro Arenal celebraron una asamblea, en la que “informaron que desde el mes de octubre de 2023 se estableció como punto de acuerdo que en ese lugar únicamente se puede tener una sola religión la católica con el objetivo de preservar sus tradiciones y evitar divisiones”, refiere una nota de Luis Ramos, publicada en Meganoticias.
Además del atropello contra la mencionada familia, el pasado 6 de agosto los lugareños quemaron el templo de Cerro Cajón, obligando a los evangélicos a abandonar el lugar. El 16 de agosto, los pastores Moisés Sarmiento Alavés, Esdras Ojeda Jiménez, Pablo Gómez Sosa y Nabor Ojeda, que llegaron a brindar ayuda a los afectados, “fueron golpeados, desnudados, paseados por el pueblo y encarcelados”.
La información de los periodistas que han cubierto este vergonzoso caso de intolerancia religiosa señala que “los abusos por parte de la autoridad municipal y pobladores se intensificaron el 21 de agosto, cuando otras viviendas fueron destruidas y tres mujeres fueron privadas de su libertad, para posteriormente ser expulsadas de la comunidad”.
Para las autoridades y la mayoría de la gente del lugar lo que importa no son los derechos humanos de las personas que pertenecen a la minoría religiosa agraviada, sino el acuerdo intolerante arriba mencionado, mismo que se da en el marco de usos y costumbres.
Este caso de discriminación religiosa, así como otros eventos intolerantes que se han producido recientemente en el estado de Oaxaca, y están aún sin resolver, dejan constancia de que en varias comunidades de esa entidad no se respeta la libertad de creencias religiosas que garantiza el artículo 24 constitucional.