Editorial

EN PLAN REFLEXIVO: ¿DÓNDE QUEDÓ EL PERIODISMO ESCRUPULOSO?

Por Redacción | jueves, 5 de junio de 2025

EMX-EN PLAN REFLEXIVO: ¿DÓNDE QUEDÓ EL PERIODISMO ESCRUPULOSO?

Por Armando Amaya Castro


A diferencia de los periodistas del pasado, los de hoy han dejado de ser escrupulosos a la hora de realizar su trabajo informativo. Esto pasa porque de un tiempo a la fecha lo más importante para algunos informantes es monetizar, restándole importancia a la precisión y la objetividad.

El periodista escrupuloso se distinguía por ser meticuloso en la verificación de datos, la imparcialidad al informar, y el respeto a la ética que debe acompañar el trabajo de todo buen periodista y de los medios de comunicación. 

Hoy no vemos en muchos periodistas dos de los valores que son necesarios en el ejercicio del periodismo: la honestidad y la responsabilidad, pilares fundamentales de esta profesión, y que no deben faltar a la hora de la búsqueda de la verdad. Estos valores juegan un papel importantísimo en el quehacer periodístico.

La falta de honestidad en muchos periodistas se ha convertido en uno de los desafíos más grandes que enfrenta el periodismo de nuestro tiempo, el cual caracteriza por la creciente influencia de la Inteligencia Artificial (AI). 

Hoy por hoy, los algoritmos de IA lo hacen prácticamente todo: automatizan tareas y generan diversidad de contenidos, facilitando de manera significativa el trabajo de los periodistas. Las que a veces pierden son las audiencias, que tienen el derecho a ser debidamente informadas, esto tras la realización de un trabajo de campo, lo que no todos hacen en la era digital, en algunos casos por los problemas de violencia contra periodistas, pero en otros por la pereza del periodista. 

David Jiménez, corresponsal del periódico “El Mundo” en Asia, escribió sobre el tema en 2013: “Internet ha creado una generación de periodistas perezosos. Cuando yo empecé en la redacción, casi todo el mundo salía a cubrir noticias. Ahora te encuentras con gente que lleva una década en la redacción y no ha cubierto una manifestación de vecinos”.

Lo triste del caso es que muchos de estos periodistas se limitan a consultar a cualquier IA que interactúa con un amplio abanico de dominios y aplicaciones. El problema es que “esta interacción también ha dado lugar a un problema significativo: la creación de desinformación cada vez más precisa e indistinguible para la mayoría de la población; con un doble riesgo, esta desinformación se transmite de manera prácticamente instantánea a millones de personas en todo el mundo, y es prácticamente imposible controlarla, regularla o detenerla antes de que el daño sea difícil de reparar”, afirma David Camacho en un texto titulado “Desinformación y tecnología. El impacto de la Redes Sociales y la Inteligencia Artificial en la manipulación de la verdad”.

Patrícia Ventura Pocino, en su libro “Inteligencia artificial, ética y comunicación: El factor humano en la era de la mediación algorítmica”, formula la siguiente pregunta: “¿Qué es aquello que la máquina no puede asumir?”, a lo que ella misma responde: “Como ya sabemos, la máquina no tiene subjetividad, o criterio moral, lo cual le impide proponer o identificar qué información es susceptible de ser elaborada para contribuir al bien común, trabajarla o contextualizarla con ese mismo criterio, con espíritu crítico o ejercer la empatía que implica el trato con fuentes”, explica la escritora española. . 

El periodista tiene el derecho de usar las aplicaciones y herramientas de Inteligencia Artificial para todas las fases del proceso periodístico, pero tiene también la obligación de vigilar que los contenidos sean auténticos y no información dudosa o manipulada, generada con la ayuda de IA por quienes usan la tecnología sin criterios éticos. 


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