Editorial

PERSPECTIVA: EL MAL

Por Redacción | lunes, 14 de julio de 2025

EMX-PERSPECTIVA: EL MAL

Por Norma Bustamante


¿Es el mal la fuerza motora del pensamiento moderno? Esa pregunta ha sido planteada siempre por la filosofía. Las palabras bien o mal, tienen diversos significados en distintas culturas, pero todos tendríamos que reconocer que hay principios éticos generales, aun concediendo que ha habido una pérdida de certidumbre sobre los fundamentos generales de los valores.
Sin ánimo de definir lo que es el mal, es necesario intentar entenderlo. Recordar por ejemplo como era posible que las ejecuciones públicas y las torturas en algunas épocas fueran parte normal del mundo civilizado nos señala la necesidad de que el análisis histórico es necesario para entender lo que ahora nos parece aberrante.
 Los filósofos analizan el mal y el comportamiento humano pero no siempre lo hacen oportunamente, como las ejecuciones en los campos de concentración de Auschwitz, no vistos en su justa dimensión y que pasaron casi inadvertidos para los filósofos de la época. Lo que sucedió en esos campos de exterminio fue de tal barbaridad como pocos hechos de la historia y aunque esto puso a prueba la capacidad de los seres humanos para entenderlo como una representación absoluta del mal, fue muchos años después cuando la humanidad empezó a entender la magnitud de lo que había sucedido.
Hoy el mal se hace presente en guerras aisladas que no por eso son menos terribles, Gaza por ejemplo. Comparar Auschwitz con Gaza ahora, puede no tener mucho sentido, pero sí lo tiene, de diferente manera, con distintos métodos, el genocidio está allí ante nuestros ojos. Día a día las imágenes aberrantes están en los espacios noticiosos (no en todos) y cada vez llaman menos la atención, lo que una vez fue llamativo y poderoso no impresiona ya, pasa a ser cotidiano, el mal, es parte de nuestro pensamiento como algo aceptable y parte de nuestra cotidianidad.
Abandonar la tentativa de comprender el mal es abandonar la esperanza para hacerle frente, tanto en el pensamiento como en la práctica, por eso la lucha intelectual es importante aun sin que garantice ningún resultado, tan sólo por la convicción de que el mundo debería ser racional y que eso debería ser la base de cuanto progreso ocurra. Asumir la responsabilidad con el cambio, implica asumir acciones políticas fundamentadas en el principio de la razón.
Sería insensato pensar que el quehacer filosófico pueda incidir en el terrorismo o en las guerras, los problemas políticos requieren soluciones políticas, sin embargo, la reflexión y el análisis son imprescindibles para tratar de entender como estos actos de destrucción masiva que causan muerte y terror pueden ser aceptados a través del convencimiento de la humanidad que asume cada vez menos la reflexión y el análisis.
 Nuestra percepción de la realidad ha sido siempre influenciada por lo que nos rodea físicamente o por lo que sabemos a partir de la información que consumimos. A través del tiempo, esa información ha modificado sustancialmente sus vías de acceso y hoy en el espacio digital, abrevamos ese sentido del mundo y no siempre percibimos las amenazas evidentes y soterradas que intentan dominar el pensamiento humano.
Y es así, que el mal se esparce como un virus disfrazado, se alimenta de todo lo que encuentra, mezcla hechos con suposiciones, inventa, miente y convierte la mente de los seres humanos en sus depósitos. La lucha ahora se da allí, en ese espacio digital donde el mal ha encontrado su mejor modo de sobrevivencia y se mimetiza de tal forma que nadie está a salvo del engaño.
 El mal en el pensamiento moderno representa un problema para el vínculo del ser humano con el mundo, para su entendimiento y explicación, sin embargo cuando ciertas catástrofes nos azotan, una mezcla de reflexión y reacción nos lleva a cuestionar el sentido que tenemos de nosotros mismos, del mal y de lo vulnerables que somos en su presencia.
viveleyendo.normabustamante@gmail.com


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