Editorial

La política social como motor del crecimiento en el Presupuesto 2026

Por Redacción | viernes, 19 de septiembre de 2025

EMX-La política social como motor del crecimiento en el Presupuesto 2026

Por Edgar F. Garza Ancira Presidente de la Agrupación Política Nacional, QUE SIGA LA DEMOCRACIA Twitter: @EFGANCIRA


El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2026 pretende asignar 987 mil 160 millones de pesos a los Programas para el Bienestar lo que significa un reconocimiento claro a que la política social es uno de los pilares del proyecto del actual proyecto de nación. Esta cifra equivale a más del 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Contrario a la vieja narrativa neoliberal que percibe el gasto social como un “lastre fiscal”, la evidencia confirma una correlación positiva entre el gasto social y el crecimiento económico, particularmente a través del aumento del consumo privado (Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, 2024).

Esto se debe a que las familias de menores ingresos, principales beneficiarias de estos programas, gastan la totalidad de su ingreso en bienes y servicios, lo que dinamiza los mercados locales y apoya las actividades económicas.

El incremento del 7.5% en términos reales para los Programas de Bienestar en 2026 debe entenderse como una inversión productiva que fortalece la demanda interna, componente crucial de nuestra economía, donde el consumo privado representa cerca del 70% del PIB.

Los programas sociales como la Pensión para Adultos Mayores, con 526,508 millones de pesos y la pensión para Personas con Discapacidad con 36,266 millones de pesos, responden a una lógica de justicia social y redistribución de la riqueza. Estos programas han demostrado su efectividad al contribuir a sacar de la pobreza a 13.4 millones de mexicanos, según datos de la SHCP del 2024.

La incorporación plena de la Pensión Mujeres Bienestar, con una propuesta de presupuesto de 56,969 millones de pesos, constituye el mejor ejemplo de cómo la política social aborda varios objetivos simultáneamente: equidad de género, protección social y reactivación económica. Al llegar a 3.8 millones de mujeres de 60 a 64 años de edad, el programa reconoce el trabajo no remunerado de las mujeres y les inyecta recursos directos que van al consumo inmediato.

La Beca Universal Rita Cetina, con 129,386 millones de pesos y la Beca Universal Benito Juárez, con 42,559 millones, son una apuesta estratégica por el futuro. Estas inversiones en capital humano garantizan retornos económicos de largo plazo, al contribuir al aumento de la productividad nacional.

Programas como Sembrando Vida (40,664 millones de pesos) y Producción para el Bienestar (17,472 millones), además de generar empleo directo en zonas rurales, reconstituye el campo, fortalece cadenas productivas locales y reduce la dependencia de importaciones agrícolas.
El programa Fertilizantes para el Bienestar, con 18,200 millones de pesos, se inscribe en la estrategia de seguridad alimentaria. Beneficia directamente a los productores, contribuye a la estabilidad de precios y coadyuva a mantener alimentos asequibles en la mesa de las familias mexicanas.

Los críticos suelen insistir en la inestabilidad de estos programas; sin embargo, es necesario subrayar que los beneficios son superiores a su costo inicial: estos programas generan retornos fiscales indirectos a través del aumento en la recaudación del IVA por mayor consumo, la formalización gradual de la economía y la reducción de costos sociales asociados a la pobreza. El presupuesto 2026 ratifica que la política social es una decisión estratégica que encausa al país hacia un crecimiento inclusivo, más justo y sostenible.