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Por Basilio A. Olivas S. | sábado, 27 de agosto de 2022
El reconocido histrión cuenta con una interesante historia de éxito y sobre todo esfuerzo por alcanzar sus metas después de dejar la isla
El actor cubano César Évora ha sido por muchos años el favorito de las familias latinas por su participación en historias de renombre. Y aunque su talento le ha valido para forjarse un nombre en la industria del entretenimiento, su historia de éxito estuvo llena de desafíos.
De acuerdo con el galán de telenovelas, su infancia en Cuba la recuerda solo con su madre, pues al igual que decenas de sus compatriotas, su padre debió abandonar el territorio por cuestiones políticas.
“Mi papá emigra por razones políticas más que nada y me cría mi abuelo. Crezco en la casa de mis abuelos maternos, hago mi vida en Lawton, es el mismo barrio de Celia Cruz, un barrio de pueblo”, así lo contó en una entrevista con el programa “De Primera Mano”.
A pesar de la situación, César Évora logró dar inicio a su trayectoria en el mundo de la actuación. En el país que lo vio nacer, participó en historias como: “La Bella del Alhambra”, “Una novia para David” y “Un hombre de éxito”, por mencionar algunos.
Sería en el año 1980 cuando el famoso decidiría emprender su camino y dejar atrás a Cuba. Con una maleta llena de sueños, aspiraciones y 42 dólares en la maleta, se mudó al país que terminó por convertirse en su hogar: México.
Tras su llegada, logró firmar un contrato por seis años con la cadena Televisa y empezar su travesía como uno de los galanes más codiciados de la pantalla chica en ese entonces.
“He trabajado como loco, me encanta trabajar. El público me ha bendecido mucho con mucho cariño, mucho respeto, eso no hay manera de agradecerlo. Nunca me importó ser el galán, siempre traté de hacer cosas opuestas por esto mismo. Soy un hombre de pueblo, de la calle”, detalló Évora.
Como resultado apareció en proyectos de renombre, tal fue el caso de: “Laberintos de pasión”, “Cañaveral de pasiones”, “El manantial”, “Abrázame muy fuerte”, “El privilegio de amar”, “Entre el amor y el odio” y “La madrastra”.