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Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit, fallece a los 48 años

Por Redacción | sábado, 18 de octubre de 2025

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Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit, falleció a los 48 años. Reconocido por su estilo potente y su influencia en el nu metal, Rivers dejó un legado imborrable en la música y en los corazones de los fans de la banda.


El mundo del rock y el nu metal está de luto. Sam Rivers, bajista y miembro fundador de Limp Bizkit, falleció el 18 de octubre de 2025 a los 48 años, según confirmó la banda en un emotivo comunicado en su cuenta oficial de Instagram. “Hoy perdimos a nuestro hermano, nuestro latido, nuestra magia”, expresaron, destacando su talento, su presencia inconfundible y su capacidad para aportar “alma al sonido” del grupo.

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Rivers nació el 2 de septiembre de 1977 en Jacksonville, Florida, y comenzó su trayectoria musical tocando el trombón en la escuela secundaria antes de pasarse al bajo, instrumento que lo catapultaría a la fama. Fue amigo de Fred Durst desde su juventud y juntos crearon Limp Bizkit en 1994, junto con el baterista John Otto. La banda se destacó por su fusión de rock alternativo y rap metal, alcanzando gran éxito en los años 90 y principios de los 2000 con álbumes como Significant Other y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water.


A lo largo de su carrera, Rivers fue pieza clave del sonido característico de la banda, con líneas de bajo potentes y contribuciones en la composición de numerosos temas. En 2015, se alejó temporalmente de Limp Bizkit por problemas de salud relacionados con una enfermedad hepática derivada de años de consumo excesivo de alcohol. Tras un exitoso trasplante de hígado en 2017, regresó a la banda en 2018 y continuó participando en giras y grabaciones hasta su fallecimiento.

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El legado de Sam Rivers trasciende su instrumento: su estilo, energía y presencia escénica marcaron a toda una generación de músicos y fans. Limp Bizkit expresó que su espíritu vivirá en cada “groove, cada escenario, cada recuerdo”, asegurando que su influencia perdurará en la música que ayudó a crear.

Su muerte deja un vacío en el mundo del rock, pero su legado continúa intacto en los escenarios y en los corazones de sus seguidores.