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Por Redacción | martes, 22 de abril de 2025
La grotesca explosión del cadáver del papa Pío XII se convirtió en un escándalo que aún hoy resuena en la historia de la Iglesia
El reciente fallecimiento del papa Francisco ha volcado la atención mundial hacia los rituales y preparativos que rodean la muerte de un pontífice. Sin embargo, pocos recuerdan un episodio particularmente macabro en la historia del Vaticano: la explosión del cadáver del papa Pío XII debido a un fallido proceso de embalsamamiento.
Este incidente, que ocurrió en 1958, no solo conmocionó a la comunidad católica, sino que también puso en entredicho las prácticas funerarias. La grotesca explosión del cadáver del papa Pío XII se convirtió en un escándalo que aún hoy resuena en la historia de la Iglesia.
El papa Pío XII: un pontificado marcado por la guerra y la tragedia post mortem
Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, conocido como el papa Pío XII, lideró la Iglesia Católica durante uno de los periodos más turbulentos del siglo XX: la Segunda Guerra Mundial y la posguerra. Su papado estuvo lleno de decisiones controvertidas y desafíos sin precedentes.
El 9 de octubre de 1958, el papa Pío XII murió en Castel Gandolfo, la residencia de verano papal, y su fallecimiento también formó parte de controversias, cuando su cadáver de papa explotó durante su funeral.
Su médico personal, Riccardo Galeazzi-Lisi, afirmó haber desarrollado una técnica de embalsamamiento revolucionaria que preservaría el cuerpo sin necesidad de extraer los órganos internos.
Galeazzi-Lisi convenció al pontífice de que esta técnica, llamada ósmosis aromática, que consistía en sumergir el cadáver en una mezcla de aceites y hierbas aromáticas, además de envolver el cuerpo en celofán, era casi idéntica al proceso en el que Jesús de Nazaret había sido embalsamado cuando murió y tenía un carácter casi milagroso.
Sin embargo, esta técnica resultó ser un desastre. El uso de celofán para envolver el cuerpo, combinado con las altas temperaturas de Castel Gandolfo, aceleró la descomposición del cadáver.
El cuerpo comenzó a hincharse y emitía un olor nauseabundo. Incluso, algunos guardias aseguran que se escucharon fuertes golpes provenientes del ataúd, ya que el tórax del papa había explotado debido a la acumulación de gases, y partes del cuerpo, como el tabique nasal, se habían destruido.
Ante esta situación, el Vaticano convocó a expertos embalsamadores para intentar reparar el cuerpo antes de presentarlo ante los fieles. A pesar de sus esfuerzos, el daño ya estaba hecho, y el escándalo fue inevitable.
La explosión del cadáver del papa Pío XII: una estafa médica
La tragedia del embalsamamiento del papa Pío XII fue el resultado de una estafa perpetrada por Riccardo Galeazzi-Lisi. Este médico, que carecía de experiencia en embalsamamiento, aprovechó su posición para experimentar con técnicas no probadas.
Incluso, mientras el pontífice agonizaba y durante el embalsamamiento, Galeazzi-Lisi tomó fotografías y las vendió a medios de comunicación, violando la privacidad y dignidad del papa.
Como consecuencia de sus acciones, Galeazzi-Lisi fue despedido del Vaticano y expulsado del Colegio Médico por comportamiento indigno. Este episodio dejó una mancha en la historia de la religión y sirvió como lección sobre la importancia de confiar en profesionales calificados para manejar asuntos tan delicados como el embalsamamiento de un líder religioso.
La historia del cadáver del papa que explotó sigue siendo un recordatorio sombrío de las consecuencias de la negligencia y la ambición desmedida. En el contexto actual, con la muerte del papa Francisco, es esencial que el Vaticano haya aprendido de errores pasados para garantizar que los rituales funerarios se realicen con el respeto y la dignidad que merecen.
-Con información de Excelsior