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Especialistas niegan que fuera un meteorito; aquí lo ocurrido en CDMX y Edomex

Por Redacción | miércoles, 16 de abril de 2025

EMX-Especialistas niegan que fuera un meteorito; aquí lo ocurrido en CDMX y Edomex

'No se vio un asteroide, ni un meteorito. Tampoco fue el cometa…’ el especialista en astronomía Pablo Lonnie Pacheco explica a detalle lo visto en el cielo de CDMX y Valle de México.


Especialistas en astronomía detallaron y explicaron de qué se trató el cuerpo celeste que apareció esta madrugada en el cielo de la Ciudad de México, Estado de México y otras zonas del Valle de México.

Luego que cientos de personas reportaron una luz brillante en el cielo despejado a las 3:46 de la madrugada y que fue descrito como un fenómeno espectacular, el instructor de astronomía, Pablo Lonnie Pacheco, especialista en el tema explicó a detalle de qué se trató.

“No se vio un asteroide, ni un meteorito. Tampoco fue el cometa. Fue un bólido”, escribió en sus redes sociales.

Su explicación fue clara y descrita paso a paso para que los internautas conozcan a detalle lo que percibieron esta madrugada:

“En su movimiento alrededor del Sol, la Tierra se desplaza a cerca de 30 km/segundo barriendo un espacio que no está del todo vacío. En su camino se cruzan partículas dejadas atrás por *cometas* y *asteroides*, cuerpos del Sistema Solar, es decir, que también orbitan al Sol.

Los *cometas* contienen mucho hielo y polvo, y típicamente proceden de los confines lejanos del Sistema Solar.

¿Qué son los asteroides?

Los *asteroides* son rocosos y metálicos, y son más abundantes por dentro de la órbita de Júpiter.

Estas partículas que tienen el potencial de cruzarse con la Tierra se llaman *meteoroides*.

¿Cuántos meteoroides impactan a la Tierra?

El científico detalló que se estima que cada día impactan a la Tierra entre 40 y 50 toneladas de meteoroides. La mayoría de los meteoroides son granos de arena muy pequeños y al interactuar con las capas altas de la atmósfera, dibujan estelas luminosas muy breves que llamamos *meteoros*. Muchos meteoros se encienden desde gran altura, los más altos entre 120 y 150 km sobre el nivel del mar y generalmente se apagan antes de llegar a los 60 km de altura.

Con relación a la Tierra, estos meteoroides se desplazan a una velocidad de entre 10 y 75 km/s. A esas velocidades, el impacto con el aire genera una resistencia como si el meteoroide hubiera golpeado contra un sólido y se frena bruscamente.

El paso del meteoroide y su choque con las capas de la atmósfera arranca electrones, y la interacción de estos electrones libres excita el aire y lo vuelve luminoso. Lo que vemos es aire *ionizado*. Un ejemplo es como el neón de los anuncios luminosos, que brilla cuando es sometido a un flujo eléctrico. Igual aquí: el nitrógeno y oxígeno de la atmósfera terrestre que se ioniza y se vuelve luminoso por un instante. Otro ejemplo de aire ionizado, son las auroras.

NO FUE UN METEORITO

El divulgador de eventos celestes, ahondó en el tema y mencionó: Al ver la estela luminosa NO estamos viendo un “meteorito”: a la distancia que se produce y con un tamaño tan pequeño, es imposible que veamos la partícula encendida. Reitero: lo que estamos viendo es un rastro de aire atmosférico excitado, que rápidamente se estabiliza y se apaga.

Se llama *meteorito* al fragmento que ha sobrevivido hasta su impacto en la superficie del planeta, si bien la mayoría terminan perdiéndose en el mar.

Los meteoros liberan mucha energía en el breve proceso y los meteoroides generalmente se terminan por pulverizar completamente, quedando solo humo, reducidos a cenizas sutiles, cuyas partículas quedan suspendidas en el aire. Es común que los meteoros se apaguen por encima de los 40 km de altura. Por otro lado, cuando las partículas son más grandes o se desplazan a mayor velocidad, llevan más inercia y pueden interactuar con la atmósfera penetrando más profundamente. El meteoro resultante es mucho más grande, largo y brillante, superando el brillo de todas las estrellas y tan brillante o más que Venus, el lucero de la mañana. Es entonces que el fenómeno recibe el nombre de *bólido*.


Velocidad a 3 kilómetros por segundo

Si algún fragmento del meteoroide ha sobrevivido, sin destruirse, hasta los 15 o 20 km de altura, su velocidad se habrá reducido muchísimo, a menos de 3 o 4 km/s y a esa velocidad el meteoroide ya no puede excitar más la atmósfera y entonces, en el resto de la caída, reduce aún más su velocidad y empieza a disipar su calor en el aire, enfriándose

La percepción de que los “meteoritos” llegan hasta el suelo envueltos en una bola de fuego es típica de las películas de fantasía y *no corresponde con la realidad*. El impacto en la superficie de la Tierra acontece a una velocidad de alrededor de 300 km/hora. Esto es menos de 0.1 km/s, de manera que, si bien puede romper un vidrio o abrir un hueco en el tejado, ya no transporta energía suficiente como para producir un cráter.

Solo los fragmentos de asteroide o cometa que posean un diámetro mayor a 30 metros tienen el potencial de llegar intactos hasta el suelo y estallar, produciendo un cráter, pero en la historia reciente aún no hemos visto algo similar.

El fragmento responsable del evento de esta madrugada tal vez no haya llegado siquiera a medir un metro.

-Con información de Excelsior