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Cría de ballena jorobada muere en costas de Guerrero tras quedar atrapada en redes de pesca

Por Redacción | viernes, 25 de abril de 2025

EMX-Cría de ballena jorobada muere en costas de Guerrero tras quedar atrapada en redes de pesca

Juan Manuel Barnard, biólogo marino, dijo que ese tipo de accidentes que terminan con la vida de ballenas son comunes porque existe una anarquía en la pesca.


ACAPULCO, GRO. (apro).- Un ballenato jorobado de unos seis meses encalló muerto en la playa de la barra de Coyuca de Benítez la tarde del martes. El cetáceo tenía una red de pesca en la cola y una cuerda que le salía de la boca, informaron vecinos. 

El biólogo marino, Juan Manuel Barnard, dijo que ese tipo de accidentes que terminan con la vida de ballenas son comunes porque existe una anarquía en la pesca y las autoridades no tienen el personal suficiente para controlarla. El ballenato tendría unos seis meses de edad, estimó el especialista.

La ambientalista Mariana Menchaca denunció que la ballena tenía enredados mecate de trasmallo sin poder escapar y achacó su muerte a la “pesca fantasma”. 

Fue la asociación civil Los Guerreros Ambientalistas que dieron a conocer el hecho. La tarde del martes informaron de una escena triste en sus costas. Una ballena fue expulsada a las playas de Coyuca de Benítez, atrapada en redes de pesca, en la región de la Costa Grande. 

“Hoy, en el Día de la Madre Tierra, la naturaleza nos da una dura lección: una ballena murió por culpa de la contaminación y la pesca irresponsable”. Afirmó que el animal apareció varado en la orilla, con marcas claras de haber quedado enredado en una red. “Esta tragedia es una muestra del daño que estamos causando”.

Tras el reporte representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el gobierno municipal atendieron el hallazgo y la sepultaron la tarde del miércoles en la playa donde fue encontrada.

El biólogo y fotógrafo marino, Juan Manuel Barnard, informó que este tipo de muertes de ballenas sucede con frecuencia, pero que ahora se conoció porque fue cerca de Acapulco.

Desafortunadamente, dijo, los trasmayos que se colocan son flotantes deben tener dueños. Una de las condiciones es colocarlas y regresar por ellas.

Explicó que hay un proceso de apareamiento, alimentación y nacimiento desde aguas del ártico en Alaska hasta las costas de Guerrero.

"Vienen de regreso, todos los meses que están allá se están alimentando, están engrosando sus capas de tejido porque ya están en desarrollo embrionario. De manera oficial las tenemos aquí en noviembre hasta de marzo. Como ahorita que todavía hay ballenas.

“Durante todo ese trayecto enfrentan mil problemas. Un barco que se las lleve, una lancha que las golpee, entre un grupo de orcas atacan a los ballenatos, los tiburones que también las atacan".

A todos esos peligros se le añade las redes que se hallan en todo el Pacífico mexicano y en Guerrero. En esta entidad, acusó, hay una anarquía.

"Cada red deben estar registradas y deben presentar un despacho todos los días a Conapesca".

Un registro debe decir cuánto sacaron, cuánto lances tuvieron y cada pescador tiene que estar registrado.

"Y si no aparece el dueño de la red, es pesca furtiva, y la pesca furtiva se debe combatir".

Una red, dijo, puede tener hasta 200 metros de largo. Estas redes pueden atrapar a un ballenato que apenas se están fortaleciendo. Las embarcaciones, explicó, no deben meterse en los grupos de ballenas, porque las espantan y pueden perder a sus hijos.

"Hace tres años paso eso, un ballenato andaba perdido andaba solo y no tenía quién lo alimentara porque la mamá los alimenta hasta que llegan Alaska, y si no se mueren aquí".

"Si le aumentas que el ballenato estaba enredado o a la vez pudo ser separado por una embarcación que lo apartó del grupo y éste ya no le encontró.

“Por un día pudo haber quedado sin fuerza, sin leche, era un ballenato jorabado. Nacen de media tonelada, pudo haber nacido en octubre o noviembre es un ballenato de esta temporada, no más de seis meses.

"Hay que cuidar mucho cuántas redes son las que se ponen y porque están permitidas, cuántas, a qué horas, si están registradas o no, si hay inspectores suficientes.

"Es el momento de un reordenamiento y de saber de cuántas redes cuentan, no es culpa tampoco del pescador porque tiene que sacar su alimento, pero se debe tener un control de cuántas redes se deben poner porque por el permiso de una red se pueden colocar más”.

Fuentes del gobierno consultadas indican que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tiene cinco investigadores que no son suficientes. Ante este déficit tienen que pedir ayuda a la Marina que les cobra alrededor de 30 mil pesos por salida. 

-CON INFORMACIÓN DE PROCESO