Política y Políticos

Por un lado, un paquete arancelario diseñado para proteger 350 mil empleos en 17 industrias estratégicas del país; por otro, la consolidación del programa estatal de fomento a la lectura “5 libros por año”, que apuesta por la formación de personas con criterio, pensamiento crítico y oportunidades reales de desarrollo.

Desde la federación, la Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO anunció un paquete arancelario con un objetivo preciso: blindar a sectores estratégicos de la economía nacional frente a prácticas desleales de comercio y proteger alrededor de 350 mil empleos vinculados a 17 ramas industriales clave. No se trata de una medida aislada ni improvisada, sino de una política que reconoce la fragilidad de ciertos eslabones productivos ante un entorno global cada vez más competitivo y volátil. Proteger empleos no es solo defender números en una estadística; es cuidar el ingreso de miles de familias, la estabilidad de regiones enteras y la viabilidad de industrias que sostienen cadenas productivas completas.

El mensaje federal es claro: el desarrollo económico no puede quedar a merced del mercado sin reglas. Al establecer aranceles estratégicos, el Estado asume un papel activo en la defensa del trabajo nacional, enviando una señal de certidumbre a la planta productiva y, al mismo tiempo, de responsabilidad social. Porque detrás de cada empleo protegido hay hogares que dependen de esa fuente de ingreso, comunidades que evitan el deterioro social y jóvenes que encuentran una alternativa al desaliento o a la migración forzada.

En paralelo, Baja California avanza en otro frente igual de relevante, aunque menos visible en el corto plazo: la construcción de capital social a través de la lectura. El programa estatal “5 libros por año” se ha convertido en una de las apuestas más consistentes de la administración que encabeza la gobernadora MARINA DEL PILAR AVILA OLMEDA para fortalecer el tejido social y prevenir entornos de riesgo desde la raíz. La lógica es sencilla pero poderosa: cuando una niña o un niño se acerca a los libros, se aleja de caminos que no le aportan.

“La lectura no solo forma estudiantes, forma personas con criterio, con herramientas para decidir mejor y con más oportunidades para su vida”, ha señalado la mandataria al explicar el sentido de esta política pública. Bajo el lema “Leer Transforma”, el gobierno estatal busca que el acceso a los libros deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho efectivo, especialmente en aquellas zonas donde históricamente el contacto con la lectura ha sido limitado o inexistente.

Las cifras dan cuenta de la dimensión del esfuerzo. Actualmente, 220 mil alumnas y alumnos de educación básica cuentan con su Pasaporte Lector, una herramienta simbólica y práctica para registrar los libros leídos dentro del programa. A la fecha, 782 planteles públicos participan activamente, junto con 94 bibliotecas que integran la Red Estatal de Bibliotecas Públicas, con presencia en todos los municipios. La meta institucional es rebasar los 250 mil estudiantes participantes en 2026, consolidando la lectura como una herramienta permanente de formación, prevención y desarrollo social desde las aulas y las comunidades.

La secretaria de Cultura, ALMA DELIA ABREGO CEBALLOS, ha explicado que quienes superan la meta anual de cinco libros son reconocidos como Lectores Destacados y participan en esquemas de incentivos, además de ceremonias de premiación. El programa no solo se centra en el alumnado, sino que reconoce también la labor de docentes que fomentan la lectura, entendiendo que el acompañamiento educativo es clave para que el hábito se consolide y trascienda la obligación escolar.

A esta estrategia se suman las Salas de Lectura, espacios comunitarios que operan en Baja California con la participación voluntaria de personas mediadoras que atienden a niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, personas adultas mayores, población migrante y grupos en condición de vulnerabilidad. Durante 2025 operaron 167 Salas de Lectura en el estado, y para 2026 se proyecta un crecimiento a 182 espacios. Cada año, además, se realiza un Encuentro Estatal donde mediadoras y mediadores fortalecen sus habilidades y comparten experiencias exitosas, generando una red viva de promoción cultural.

Un elemento adicional que refuerza esta política es el decreto de gratuidad firmado por la gobernadora al inicio de su administración, que permite entregar sin costo los acervos bibliográficos de la Secretaría de Cultura y del Instituto de Servicios Culturales de Baja California. De 2022 a la fecha, se han donado más de 23 mil libros en comunidades, planteles escolares, salas de lectura y grupos de la sociedad civil, ampliando el alcance de una política que entiende la cultura como un bien público.

Vistas en conjunto, la política arancelaria federal y el programa estatal de lectura revelan una coincidencia de fondo: no hay desarrollo sostenible sin empleo digno ni hay futuro con bienestar sin formación cultural y educativa. Proteger industrias estratégicas y fomentar la lectura no son acciones contradictorias ni desconectadas; son dos caras de una misma apuesta por un país y un estado más fuertes, más justos y con mayores oportunidades para las nuevas generaciones.

En tiempos donde la inmediatez suele imponerse, estas decisiones recuerdan que gobernar también implica pensar en el largo plazo. Defender hoy 350 mil empleos y formar hoy a cientos de miles de lectores es, en esencia, invertir en la estabilidad social del mañana. Y esa, quizá, sea una de las responsabilidades más profundas del ejercicio público.

MARINA DEL PILAR AVILA OLMEDA… impulsa el programa “5 libros por año”.