Tijuana

Fernando Pereyra, el fotógrafo y publicista que tiene tatuado en su corazón al periódico El Mexicano

Por Ana Lilia Ramírez | miércoles, 22 de octubre de 2025

EMX-Fernando Pereyra, el fotógrafo y publicista que tiene tatuado en su corazón al periódico El Mexicano

A lo largo de más de 15 años colaborando en El Mexicano, Don Fernando Pereyra combinó su talento innato para la publicidad y la fotografía.


TIJUANA.- Para Fernando Pereyra, la publicidad y la fotografía nunca fueron una carrera planeada, sino un don que Dios le dio. Sin estudios formales, encontró en El Mexicano un espacio para desarrollar su talento y, al mismo tiempo, sacar adelante a su familia.

“Me dijeron: ‘Vete a Rosarito y abre la plaza’. Empecé vendiendo espacios para el periódico, pero pronto sustituí el portafolio de ventas por la cámara. Ahí nació mi pasión por la fotografía, que combinada con la publicidad dio buenos resultados”, recuerda Pereyra.

Durante más de 15 años, su labor en el área de publicidad no solo le permitió vivir de su vocación, sino también compartir la vida con su esposa, Norma Yolanda Castillón, a quien cariñosamente llama “Gorda”, y ver crecer a sus tres hijos: un paramédico, un trabajador en Estados Unidos y un abogado, formando una familia ejemplar llena de respeto y amor.

“Me enamoré de este trabajo porque me permitió darles educación a mis hijos. Todo lo que somos hoy se lo debo a este periódico y a mi familia, a mi ‘Gorda’ y mis hijos”, comenta con orgullo.

El contacto con la comunidad de Rosarito y Tijuana también le permitió conocer a cientos de personas, desde funcionarios y empresarios hasta taxistas y choferes del transporte público, quienes se convirtieron en amistades y recuerdos que atesora.

A sus 79 años, Fernando ha visto cambios de gobiernos y la transformación tecnológica de la fotografía y la publicidad. De cámaras mecánicas y rollos revelados a la fotografía digital, ha sabido adaptarse, manteniendo la jovialidad y curiosidad que lo caracterizan.

“Antes revelábamos los rollos, escogíamos la mejor foto y la llevábamos a Tijuana. Era trabajo, pero también un gusto”, comenta.

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El valor del impreso


A pesar de la era digital, Fernando sigue siendo un aficionado del periódico impreso, apreciando el olor de la tinta y el papel. Para él, lo tangible perdura, mientras que lo digital desaparece rápidamente.

“El periódico impreso queda. Lo hojeas, lo recuerdas, y se convierte en memoria”, asegura.

En el 66 aniversario de El Mexicano, la historia de Don Luis Fernando Pereyra Serrano es una de las muchas que se forjaron en esta casa editorial, y un ejemplo de perseverancia y valores. Su vida demuestra cómo un hombre apasionado por su trabajo puede transformar no solo su propia existencia, sino también la de quienes lo rodean.

Para Fernando Pereyra, la fotografía y la publicidad no son solo oficios: son herencia, pasión y memoria viva de un hombre que ha encontrado en El Mexicano su hogar profesional y emocional.


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