Editorial

Columna El Camino

Por Redacción | martes, 11 de junio de 2024

EMX-Columna El Camino

Por Armando Maya Castro


Llegó el momento de que los miembros y partidarios de la oposición dejen atrás las lamentaciones y los reclamos por los resultados en la pasada elección presidencial. Nadie es culpable del patético papel de la coalición Fuerza y Corazón por México en el reciente proceso electoral, sino solo ellos. 

Nada lograrán con lanzar culpas a diestra y siniestra, mucho menos afirmando, sólo porque se les ocurre, que se trató de una competencia desigual por la supuesta intromisión del presidente Andrés Manuel López Obrador y del crimen organizado, así como por el uso electoral de los programas sociales con fines electorales. 

Lo único que estas actitudes demuestran es la ausencia de un verdadero auto análisis por parte de los dirigentes del PRI, PAN y PRD, tan necesario para saber qué fue lo que en realidad pasó, así como para asumir y corregir errores, Claro que para ello se ocupa saber escuchar, y sobre todo tener mucha humildad, y desconozco si los líderes de la oposición la tengan. 

No sé si haya camino para que la oposición salga del atolladero en el que está, pero el primer paso es reconocer con sinceridad la derrota y prepararse para lo que viene, si es que desean conservar el capital político que aún les queda, y convencer en futuras elecciones a los millones de ciudadanos que no votaron el pasado 2 de junio: más de 38 millones de mexicanos. 

Si no es así, tanto el PRI como el PAN pueden correr la misma suerte que el PRD, el partido que perdió de manera trágica su registro, por no alcanzar en las pasadas elecciones el mínimo requerido por la ley. 

En mi opinión, el PRD, que fue fundado en 1989, pierde su registro por las malas decisiones de sus dirigentes, quienes en algunos momentos de la historia de dicho partido le dieron la espalda al pueblo de México. Un ejemplo de ello fue precipitarse al tomar la decisión de formar parte del Pacto por México, un acuerdo político firmado el 2 de diciembre de 2012, al que AMLO calificó en más de una ocasión como sumamente perjudicial para México.

Millones de mexicanos no le perdonaron al Sol Azteca su apoyo a las reformas estructurales impulsadas bajo el liderazgo del expresidente de México, Enrique Peña Nieto. No olvidaron nunca que el PRD se puso del lado del partido que combatió por mucho tiempo, y al que por años culpó de la muerte violenta de cientos de políticos perredistas, esto durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. 

Para que esto no suceda con los partidos de oposición que conservan aún su registro, sus dirigentes deben de pensar no tanto en ellos, sino en lo que es necesario hacer para salir de la crisis estructural en la que se encuentran sumidos de un tiempo a la fecha. 

Ojalá que estos políticos entiendan que en México se necesita una oposición fuerte y digna, que esté a la altura de la ciudadanía y de las circunstancias, y que anteponga a cualquier conveniencia personal, el interés superior de la nación. 

Para algunos panistas que sí piensan en el futuro de su partido, el camino a seguir es reinventarse. El senador sonorense, Damián Zepeda Vidales, es contundente: “O el PAN se reinventa o se muere como opción política competitiva”. Hay otros llamados en la misma dirección de políticos del blanquiazul, pero menciono sólo a Zepeda por ser uno de los pocos que han hecho una autocrítica del quehacer de su partido.

Mientras vemos lo que pasa al interior de los partidos, es importante reconocer las voces que al interior de Morena piden humildad en medio del triunfo. Claudia Sheinbaum ha celebrado su triunfo como millones de mexicanos lo han hecho, comprometiéndose al mismo tiempo a gobernar con humildad, pero eso sí, con una profunda responsabilidad.