Editorial

Siendo el municipio más poblado del país, de acuerdo al último censo a cargo de INEGI, esta ciudad presenta aspectos particulares que generan retos y oportunidades para los tomadores de decisiones y hacedores de política pública. Trataré de relatar tres puntos que serán sin duda, la asignatura mayúscula para el actual ayuntamiento en materia económica.

El primero de ellos tiene que ver con el nearshoring, así es, leyó usted bien. El famoso, tan hablado y debatido nearshoring, que no es otra cosa, sino una auténtica oportunidad para catapultar a la economía mexicana hacia mejores escaños. Y alguien puede cuestionarse: esa es una situación que le compete a la federación y Tijuana nada o poco puede hacer para sacar provecho del nearshoring. Le explico que, a medida que una ciudad o región del país, sea más atractiva, más competitiva, ofrezca mejores condiciones e incentivos para invertir, la derrama económica fluirá de manera agresiva, logrando entre otras mejoras: creación de empleos, encadenamientos productivos, inclusión de las micro y pequeñas empresas en los procesos de producción y desde luego, como efecto imán: más inversión por efectos de desarrollo regional endógeno.

El segundo punto que es por demás retador se encuentra asociado a los sectores médico y gastronómico. Tocante al turismo médico, Tijuana tiene una ventaja competitiva importante a razón de su ubicación geográfica y de precios respecto a el mercado de salud en Estados Unidos. ¿Y por qué esto debe ser un reto para el alcalde Burgueño?, sencillamente porque en la economía hay ciclos, nada es lineal y lo que hoy ofrece oportunidades, si se descuida y no se atiende con el debido apoyo, puede gradualmente perder fuerza. Es necesario pues, que este Gobierno genere los puentes necesarios para facilitar a ese sector sean aún más atractivo y crezca aún más, ya que se puede y debe lograr ello. Eso en cuanto a lo médico, sobre la categoría de negocios en el sector gastronómico, mismo que está consolidado, es una fuente importante de creación de empleos y que ha convertido a nuestra ciudad en referencia nacional e internacional. ¿Qué puede entonces la administración pública en atención a este sector? Coadyuvar en la innovación y constante evolución de los comercios que pertenecen a la familia gastronómica. Foros, festivales, exposiciones y demás clase de eventos que den a conocer la oferta que existe en la ciudad y que en gran medida se debe al apasionante perfil de los emprendedores. Pero también se pueden buscar alianzas con el sector académico y privado en aras de que estos negocios sean más resilientes a posibles momentos de recesiones económicas.

Finalmente, el punto tres tiene que ver con la calidad del empleo que genera Tijuana, ojo acá: calidad no cantidad. Y ello tiene que ver con muchas aristas que probablemente de manera aislada no pueda hacer por si solo el alcalde y las dependencias a nivel municipal involucradas en este asunto.

Sin embargo, desde su trinchera se puede y debe involucrar con cámaras empresariales e instituciones de educación superior, a fin de ir sembrando la semilla para formar egresados con alto capital humano que atienda la demanda de empresas multinacionales en sectores que producen bienes y servicios con alto valor agregado y que, desde luego, ofrece mejores salarios y condiciones para los trabajadores. Es decir, se trata de buscar la atracción de inversión directa, pero que más allá de solo generar empleos en el sector maquilador, intentar ir más allá en aras de mejores opciones laborales para la población de Tijuana.

En concreto, estas son las más interesantes cuestiones que el presente y recién iniciado trienio de gobierno local deberá supervisar y cuidar con lupa, para poder dar mejores condiciones en el mercado laboral y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Tijuana en le presente y en el mediano plazo.

El autor es Doctor en Ciencias Económicas, miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONAHCYT y profesor de tiempo completo de CETYS Universidad campus Tijuana.