Editorial

EN PLAN REFLEXIVO: LA PAZ; UN COMPROMISO DIARIO MÁS ALLÁ DEL 21 DE SEPTIEMBRE

Por Redacción | martes, 23 de septiembre de 2025

EMX-EN PLAN REFLEXIVO: LA PAZ; UN COMPROMISO DIARIO MÁS ALLÁ DEL 21 DE SEPTIEMBRE

Por Armando Maya Castro


El Día Internacional de la Paz representa para la humanidad una oportunidad invaluable para reflexionar sobre la necesidad urgente de construir un mundo pacífico, un objetivo que no puede posponerse para mañana. Es hoy, y no después, cuando debemos emprender las acciones necesarias que hagan realidad el anhelo de millones de seres humanos: un mundo en el que las diferencias de raza, religión, origen nacional o étnico dejen de ser obstáculos para alcanzar una paz verdadera.

Con este propósito, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 1981, mediante la resolución 36/67, esta conmemoración destinada a fortalecer los ideales de paz que permiten a los pueblos vivir en armonía, libres de violencia y con pleno respeto a los derechos fundamentales de todos.

Sin embargo, el camino hacia la paz requiere un compromiso activo y una voluntad colectiva de superar los prejuicios, la intolerancia y las divisiones que nos separan. Solo mediante una acción decidida y constante será posible erradicar las distintas formas de violencia y derribar las barreras que impiden a las personas y a los pueblos convivir con respeto pleno, en armonía y comprensión mutua.

Por ello, es esencial que cada ser humano asuma un papel proactivo en la construcción de un mundo más justo y pacífico para las generaciones venideras. Comencemos hoy a convivir pacíficamente con quienes nos rodean: familiares, vecinos, compañeros de escuela y trabajo, entre otros.

Aprendamos a vivir en paz con nuestros semejantes, más allá de las diferencias y los malos entendidos, cultivando la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y valorar a los demás. Este es el primer paso hacia un mundo donde la paz deje de ser un ideal distante para convertirse en una realidad cotidiana.

Mucho nos ayudará tener presente, en todo momento, la máxima inmortal del gran Benemérito de las Américas, Benito Juárez García, enunciada el 15 de julio de 1867: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Esta enseñanza nos recuerda que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino el respeto mutuo en todas nuestras interacciones, grandes y pequeñas, a nivel personal y colectivo.

A propósito de este día, surge una reflexión compartida por muchos: ¿por qué dedicar solo un día al año para promover la paz, cuando debería ser una causa permanente en nuestras vidas? No quiero restar valor e importancia al Día Internacional de la Paz establecido por la ONU, pero la realidad es que cada día nos brinda una nueva oportunidad para erradicar la violencia y la discriminación, prácticas que, lamentablemente, siguen presentes en nuestras sociedades.

Por ello, el trabajo por la paz debe ser diario: cada acción, cada decisión, cada gesto de respeto y empatía cuenta en la construcción de un mundo sin violencia. Desde la discriminación religiosa hasta las formas más sutiles de exclusión, la paz no puede limitarse a un solo día del año. Debe ser una aspiración constante, cultivada y vivida en nuestra vida cotidiana, en cada palabra, en cada acto y en cada pensamiento.