Ensenada

Narran hazañas de Antonio Meléndrez en Ensenada

Por Bernardo Peñuelas Alarid | viernes, 22 de octubre de 2021

EMX-Narran hazañas de Antonio Meléndrez en Ensenada

El cronista ensenadense Arnulfo Estrada Ramírez abordó una charla bibliográfica sobre Juan Antonio María Meléndrez Ceseña “el héroe de La Grulla”.


ENSENADA.- La historia, vida, hazañas y hechos heroicos de Antonio Meléndrez Ceseña, fueron parte de la charla que el cronista Arnulfo Estrada Ramírez ofreció ante directivos e integrantes del grupo “Espacio Plural”, que coordina el maestro Eduardo Prieto Montalvo.

Uno de los capítulos inéditos que el narrador histórico planteó, es sobre los descendientes directos (dos aún con vida) del también conocido como “el héroe de La Grulla” (donde actualmente está asentado el ejido Uruapan), al sur de Ensenada.

Juan Antonio María Meléndrez Ceseña, era su nombre completo. Nació el 24 de junio de 1830 en el Valle de la Grulla, poblado que se ubica a 30 kilómetros al sur de Ensenada. Su primer nombre se debe a que nació el día de San Juan.

Fue hijo de don José Guadalupe Meléndrez Orantes y doña Susana Ceseña Arayos, quienes se casaron en 1815. Don José, nació en 1776 en San Antonio, B. C. S. y Susana, era nativa de este Territorio.

Tuvo siete hermanos, de los que tres fueron mujeres: Guadalupe, María Asunción, y Francisca, y cuatro varones: Francisco, Jesús, José Rosario, y Juan. Se casó después con María de los Ángeles Espinoza.

Juan Antonio ya gozaba de cierta fama por las historias que se formaron alrededor de su persona, cuando Ensenada fue invadida por un grupo de filibusteros armados al frente del estadounidense William Walker; aquí es donde el heroísmo de Juan Antonio se pone a toda prueba.

Esta es la historia: El 17 de octubre de 1853, un grupo de 45 filibusteros, a bordo del bergantín Carolina, salió del puerto de San Francisco, California, con rumbo a Guaymas, Sonora, cuyo propósito era apoderarse de ese Estado y de Baja California para formar una “República”. El 28 de octubre, llegaron a Cabo San Lucas, y de ahí se dirigieron a La Paz, llegando el 3 de noviembre, tomaron la ciudad y acto seguido, enarbolaron una bandera con tres barras: dos rojas y una blanca con dos estrellas que representaban a Baja California y Sonora. Acto seguido, declararon la nueva “República de Baja California” y Walker se asumió como su “nuevo presidente”.

Tres días después, se dirigieron para Cabo San Lucas, en donde Walker tenía pensado poner la cabecera de la recién declarado República, pero ahí fue combatido por un grupo de militares civiles a cargo del Teniente Manuel Pineda, quien les proporcionó algunas bajas. Es entonces que los filibusteros se dirigen a Ensenada, con el mismo propósito anexionista. Así es como llegan a Ensenada un día 29 de noviembre de 1853, donde toman como Cuartel a la única casa en pie, cuyo propietario era el señor Pedro Gastélum y su familia, nombrándola como el “Fuerte Mckibbin”, en honor a uno de los filibusteros muertos.

Aquí es en donde el Subjefe Político y Comandante Militar del Partido Norte de la Baja California, el capitán Francisco Castillo Negrete, con el apoyo de Meléndrez y algunos rancheros y nativos de comunidades indígenas voluntarios, decidieron hacerle frente a los invasores, logrando derrotarlos en varios frentes de batallas llevadas a cabo en diversos sitios como El Ciprés, La Grulla, El Fuerte Mckibbin, y finalmente la batalla decisiva que se llevó a cabo en un sitio cercano al Valle de la Trinidad, conocido como La Calentura, en donde los invasores sufrieron algunas bajas, huyendo hacia la frontera con los Estados Unidos, y en el trayecto conocido como Cueros de Venado, tuvo lugar la última batalla contra los filibusteros, que huyendo del asedio del patriota Meléndrez y su gente, lograron pasar la frontera, un día 8 de mayo de 1854, para no regresar más a territorio mexicano.

Estas últimas batallas fueron encabezadas por Meléndrez, debido a que Castillo se había desanimado por falta de armas para enfrentar a un enemigo más poderoso, abandonando el terreno de batalla para irse a refugiar en San Diego, California. Gracias a esos hechos heroicos, aún conservamos esta importante parte de México. De ese tamaño es la figura de Juan Antonio María Meléndrez Ceseña.