Ensenada

ENSENADA.- La mansión que construyera y habitara el general Abelardo L. Rodríguez en la delegación municipal de El Sauzal de Rodríguez en la década de los años 40´s, es hoy día objeto de remodelación y restauración.

De haber sido adquirida casi en ruinas por parte de Don Enrique, un empresario que tiene la visión de convertirla en museo y sitio de tours para turistas y locales, la estructura de la llamada “casona” de El Sauzal ya muestra otra “cara”, muy distinta a las ruinas en que se encontraba.

Alfredo Derek es el artista contratado por Don Enrique para que le diera “una manita de gato” a la casona, mismo que reconoce que no ha sido tarea fácil el rescatar a esta histórica mansión, de la que, agrega: “pareciera que el espíritu del general Rodríguez ronda por sus rincones y motiva al personal que participa en la restauración a que le echen todas las ganas”.

Como comisionado para estos trabajos, Alfredo muestra un entusiasmo muy particular en la restauración, no sólo del edificio en sí, sino de las obras de arte plasmadas en los lienzos que adornan la techumbre casi en todos los rincones de la “casona”.

Especial atención merece lo que al parecer en los tiempos de bonanza y gloria del expresidente de la República fue la sala de juntas o conferencias del general, donde sus techos muestran una arquitectura propia de la época, matizada con grabados que parecen haber sido plasmados por verdaderos expertos de las artes plásticas.

Derek parece disfrutar de su trabajo al ver la transformación que ha experimentado el edificio, tanto en su fachada como en su interior, sin faltar la antigua fuente que aún funciona en el patio central, frente a lo que parece haber sido en su tiempo a sala de espera contigua al despacho del general, en el que, por cierto, aún permanecen objetos personales del exmandatario mexicano.

Un viejo reloj de cuerda manual, luce montado en fino mueble de cedro o caoba, con sus números romanos y péndulo de bronce…Una verdadera joya que es cuidad con esmero en el edificio que es cuidado por los veladores contratados por el nuevo propietario de la “casona” del Sauzal.

El restaurador Alfredo Derek, visualiza que tal vez pronto, muy pronto, quede el edificio en condiciones para recibir a grupos interesados en conocer más sobre la historia de esta mansión y, por qué no, hasta la exhibición de los objetos perdónales del general, a manera de museo. Por lo pronto, así como está llama la atención de algunas familias interesadas en rentar sus espacios para realizar eventos sociales y culturales, para lo que ya se ha formado un comité encargado de atender esas cuestiones.