Fama

Tijuana, B. C.- Escribir sobre la partida de un amigo no es fácil, y menos aún de tratándose de una persona que solo quería reír y hacer feliz a todo el mundo. Desde sus primeras visitas a EL MEXICANO durante los 90’s se convirtió en un amigo incondicional y un talento que hizo de Tijuana un lugar espacial por su familia y cientos de amigo que hizo durante sus inicios.

El espacio de un restaurant bar del Centro Comercial Pueblo Amigo, lo recibía como un joven que nadie conocía, pero desde sus primeras actuaciones se ganó el corazón de muchas personas y con su sencillez la amistad de otros tantos.

Ese era Carlos Bardelli el artista que se consagró como comediante e imitador y ganador de la segunda edición del show 'Parodiando' de Televisa

En 2009 recibió en la Casa Blanca de Estados Unidos, en manos del presidente Barack Obama, el Hispanic Heritage Awards por ser el hombre capaz de emitir el mayor número de voces en el mundo con 180.

Con la que llegó a esta región fue una charla entre Vicente Fernández y el Papa Juan Pablo II, algo que siempre recordábamos sus amigos.

El famoso que logró obtener fama internacional falleció en esta ciudad a consecuencia de un infarto según el parte médico, aunque su familia no ha emitido ningún comunicado oficial.

La muerte de Carlos fue repentina e inesperada y con un show en puerta para este sábado en un lugar de Zona Rio. De inmediato la noticia sobre su deceso comenzó a resonar en redes sociales, en donde compañeros y admiradores dedicaron algunas palabras.

En la televisión mexicana, ganó terreno con la segunda temporada de Parodiando de Televisa. Fue parte del equipo de Angélica Vale y se volvió el ganador del reality show. Carlos Bardelli imitó a Luis Miguel, Alejandra Guzmán, Enrique Iglesias, Barney, Amanda Miguel, José José, Frank Sinatra, Raúl Vale, Chabelo, Julio Iglesias, Pimpinela, Valentín Elizalde, Don Francisco y Diego Verdaguer.

Pedro Infante su favorito.

El también comediante era el único hombre en el mundo capaz de imitar más de cientos de voces, provocó las risas en largos silencios luego de que se diera a conocer el fatídico acontecimiento. Nacido en Sonora, el joven comediante también recibió el premio Laurel de Oro a la Calidad México y de Tijuana un amor de manera incondicional ya sea en sus actuaciones como en sus visitas personales.

Entre las voces que podía imitar destacaban la de Chabelo, Amanda Miguel, José José, Chabelo, Luis Miguel, Valentín Elizande, Enrique Iglesias, Barney, Alejandra Guzmán, y muchas más que hasta en forma personal imitaba, aunque no estaba en su show.

Un cantante nato.

Carlos Bardelli deseaba ser cantante y los pilares más grandes de la imitación le dieron el gran honor en el medio del entretenimiento. El hombre aprende por imitación, dicen los que saben. Desde niños imitamos las acciones de nuestros padres, repetimos la conducta de nuestros compañeros y, tras un periodo de madurez intelectual, empezamos a emular a quienes admiramos.

“Empecé a imitar a mis maestros y a mis primos en las fiestas familiares. A todos les parecía cómico y a partir de entonces empezó mi carrera”, nos confeso en una de esas tantas entrevistas y charlas.

La imitación, cuando se conjuga con una buena caracterización y un poco de exageración, nos lleva a un buen rato de diversión. Hacer esta proeza al grado de Carlos Bardelli nos provoca admiración y respeto. No por nada en cada una de sus actuaciones se ganaba los aplausos que, de pie, le profesábamos

Compartía que en la calle le gritan “Pedrito”, por el papel que interpreta del ídolo de Guamúchil, y que le hizo ganar el concurso del reality show de Televisa, “Parodiando”.

Llegar a donde llegó no fue fácil, ya que como en algunas veces lo dijo “implica muchos sacrificios, humillaciones, puertas cerradas y el que no haya foros en antros o la televisión donde presentarnos”.

Carlos siempre se sintió orgulloso de su carrera y tuvo la estrella de ser para él una profesión que tuvo buena acogida en todo tipo de eventos, atrás quedaron los espacios para que los comediantes expusieran su trabajo.

“Los Comediantes” y el “Festival del Humor” que producía Jorge Ortíz de Pinedo fueron programas memorables, efímeros que apenas daban unos cuantos minutos para los actores de comedia.

“No había un programa de televisión dónde tocar la puerta. ‘Parodiando’ fue la gran oportunidad; aunque fue una competencia muy reacia, muy dura, porque se hizo casting a nivel nacional e internacional. Se trajeron imitadores de Puerto Rico, Guatemala, Venezuela, etcétera. Estuvieron los mejores de Latinoamérica”.

En un vídeo de Youtube también se le ve junto con Vicente Fernández, de quien obtiene unos aplausos. Pero fue en Parodiando donde alcanzó su máximo reconocimiento: alzar las manos como el mejor imitador de México, circunstancia que además estuvo acreditada por los viejos lobos de mar: Gilberto Gless y Julio Zabala.

“A mí me dan muchos aplausos cuando hago voces de mujer, como Whitney Houston o Amanda Miguel, que me la piden muchísimo. Y ahora después del programa quien se ha convertido en un Startup de mi show es la voz de nuestro ídolo mexicano, Pedro Infante”.

El joven que en una Prepa de Ciudad Obregón se ganó el mote del “Chente”, que viajó a Guadalajara y luego a la Ciudad de México para probar suerte y recorre la República Mexicana dándose a conocer como el máximo imitador del momento, tuvo en Tijuana su segunda casa y el lugar donde conquisto muchas de sus grandes amistades ¡Descansa en paz amigo!.

“El ser artista implica muchos sacrificios, humillaciones, puertas cerradas y el que no haya foros en antros o la televisión donde presentarnos”, Carlos Bardelli, el mejor artista e imitados de su tiempo.

El joven sonorense Carlos Bardelli desde sus inicios tuvo en EL MEXICANO un espacio para su propuesta. Falleció la tarde del jueves en esta ciudad.

Nacido en Sonora, el joven comediante también recibió de Tijuana un amor de manera incondicional con sus personajes como Pedro Infante.

Carlos Bardelli deseaba ser cantante y los pilares más grandes de la imitación le dieron el gran honor en el medio del entretenimiento.

El joven que en una Prepa de Ciudad Obregón se ganó el mote del “Chente”, tuvo en Tijuana su segunda casa y el lugar donde conquistó muchas de sus grandes amistades.