Mexicali

Hay que recuperar confianza de los felifreses hacia la religión: Enrique Martínez

Por Mauricio Higuera | viernes, 10 de octubre de 2025

EMX-Hay que recuperar confianza de los felifreses hacia la religión: Enrique Martínez

"Es un gran reto", señaló el Obispo de Mexicali.


MEXICALI.- En el marco de su aniversario número 17 como obispo, Enrique Sánchez Martínez, titular de la Diócesis de Mexicali, reflexionó sobre los desafíos contemporáneos de la Iglesia Católica en una región marcada por la movilidad, la desigualdad y la fragmentación social. “Uno de los principales retos es abatir los signos negativos y las tendencias que buscan desaparecer a Dios de la vida humana”, expresó previo a la misa conmemorativa que celebró este viernes en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.

Sánchez Martínez, quien ha servido como obispo auxiliar en Durango, titular en Nuevo Laredo y desde hace casi dos años en la capital del estado, subrayó que su vocación ha sido sostenida por la oración y la certeza espiritual. “La gracia de Dios es la que nos hace fuertes”, dijo, al referirse a su trayectoria episcopal en contextos complejos como la frontera norte.

La Diócesis de Mexicali abarca un amplio corredor territorial que incluye San Felipe, San Luis Río Colorado, Sonoyta y Puerto Peñasco, con 112 parroquias y 170 sacerdotes activos. Esta red pastoral no solo atiende la vida religiosa, sino que también acompaña problemáticas sociales como la migración, la violencia familiar y el abandono comunitario.

El obispo reconoció que existen presiones culturales, económicas y políticas que buscan relegar lo religioso del espacio público, pero afirmó que la búsqueda de Dios es inherente al ser humano. “Aunque se retiren los signos religiosos, el ser humano busca siempre esa relación con Dios”, señaló.

Además, denunció las agresiones que han sufrido diversas religiones, incluida la católica, y sostuvo que en esos momentos es cuando más florece la fe.
“Creer en un Dios no es una imposición, es una acción humana”, dijo, al insistir en que la Iglesia debe mostrar un Dios cercano, que acompaña a las familias y no castiga.