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La EPOC silente ‘devora’ a mujeres por el humo de leña

Por Redacción | lunes, 20 de octubre de 2025

EMX-La EPOC silente ‘devora’ a mujeres por el humo de leña

El humo de leña y el estigma colocan a las mujeres en mayor riesgo de un diagnóstico tardío de EPOC, según especialistas.


La tos crónica no siempre es solo una molestia pasajera. En miles de mujeres mexicanas, especialmente en zonas rurales, puede ser la primera señal de una enfermedad pulmonar que avanza en silencio: la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). 

Aunque por años se consideró un padecimiento masculino asociado al tabaquismo, cada vez más especialistas alertan sobre el subdiagnóstico en mujeres, muchas de ellas expuestas al humo de leña dentro del hogar.

Uno de los grupos importantes es el de biomasa, y generalmente quienes están expuestas en zonas rurales por el humo de leña son más mujeres que hombres, porque son las que cocinan”, explicó la doctora Catalina Casillas, presidenta de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax

De acuerdo con la doctora Catalina este grupo se tarda mucho en llegar al hospital porque para ellas es bastante normal tener tos o fatiga; no lo ven como un síntoma importante.

Una enfermedad silenciosa y subdiagnosticada

Según la doctora Lina Sofía Palacio Mejía, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, el 80% de los casos de EPOC en México no están diagnosticados.

Se trata de una enfermedad progresiva que reduce el flujo de aire en los pulmones, limita la capacidad respiratoria y puede causar discapacidad.

La especialista la describe como “una enfermedad silenciosa, que deteriora poco a poco el cuerpo y que muchas veces se detecta hasta que ya es severa”.
El EPOC afecta a entre 7 y 12% de la población mexicana, y es la cuarta causa de muerte en el país, según datos de la Organización Mundial de la Salud y del propio Instituto Nacional de Salud Pública. Sin embargo, la detección temprana sigue siendo un desafío.

La aspirometría es un estudio muy sencillo que nos permite diferenciar el EPOC de otras enfermedades respiratorias como el asma, pero en México no se realiza de manera rutinaria”, explicó la doctora Casillas.

Después de los 40 años, te piden glucosa, colesterol y triglicéridos, pero no una espirometría, cuando debería ser básica”.

El humo doméstico y los estigmas del tabaco

En comunidades rurales, muchas mujeres cocinan con leña en espacios cerrados, inhalando partículas que con el tiempo inflaman y dañan los pulmones. Esta exposición prolongada a la biomasa —madera, carbón o estiércol— se ha convertido en uno de los principales factores de riesgo para desarrollar EPOC sin haber fumado nunca.

El problema de las pacientes con biomasa es que están muy acostumbradas a la tos”, añadió Casillas.

La abuela tose, la mamá tose, ellas están perfectamente acostumbradas a esa tos. Cuando empiezan a tener consecuencias cardiovasculares o falta de aire, ya está avanzado el daño pulmonar”.

La doctora Lorenza Legarreta, directora médica de Sanofi México, mencionó que el estigma también juega un papel clave. 

La gente que fuma puede sentirse avergonzada o culpable, y eso genera reticencia para acudir al médico de manera oportuna”, señaló. 

En el caso de las mujeres, esa combinación entre la carga doméstica, la exposición ambiental y el estigma social agrava la invisibilidad de la enfermedad.

Factores biológicos y culturales

Aunque los hombres siguen siendo quienes más fuman, las especialistas advierten que cada vez más mujeres han adoptado este hábito. A eso se suma una mayor esperanza de vida y una exposición continua a contaminantes urbanos. 

Las mujeres viven más años, y eso también eleva su riesgo”, puntualizó la investigadora del INSP

Culturalmente, las mujeres suelen acudir más al sistema de salud por razones familiares —como acompañar a sus hijos a vacunarse—, pero no necesariamente por atención preventiva para ellas mismas.

 A veces llegan al médico por otro motivo y es ahí cuando se detecta el problema pulmonar. Mientras tanto, los hombres suelen llegar más graves y con menos acceso a prevención”.

Una carga económica y emocional

La EPOC no solo limita la capacidad respiratoria, también impone una carga económica considerable: el tratamiento puede costar entre 35 mil y 400 mil pesos al año para quienes no tienen seguridad social. Además, provoca ausencias laborales y dependencia de cuidadores, afectando tanto a pacientes como a sus familias.

Diagnosticar a tiempo para respirar mejor

Las expertas coinciden en que el diagnóstico temprano es la única forma de frenar la progresión de la enfermedad. Implementar la espirometría como examen rutinario a partir de los 40 años, mejorar la educación médica en el primer nivel de atención y promover la sustitución del uso de leña en comunidades rurales son pasos fundamentales para reducir el subdiagnóstico.

No es una enfermedad que se cure, pero sí se puede controlar. Si se diagnostica a tiempo, el paciente puede mantener su calidad de vida y evitar complicaciones graves”, enfatizó la doctora Casillas

-Con información de Excelsior