Editorial

Faltar a la verdad desorienta y erosiona la confianza social

Por Redacción | jueves, 16 de octubre de 2025

EMX-Faltar a la verdad desorienta y erosiona la confianza social

Por Armando Maya Castro


La ética periodística y la búsqueda de la verdad son valores universales que deben guiar el ejercicio del periodismo en nuestros días. No hablo de principios abstractos ni de fórmulas idealistas, sino de las bases esenciales de la actividad informativa, capaces de garantizar el derecho del público a estar bien informado.

Todo periodista, de cualquier medio o plataforma, debe estar comprometido con la ética y la verdad, pues, sin estos pilares fundamentales de la profesión, es imposible ofrecer una información responsable, confiable y útil para la sociedad.

El periodista argentino Tomás Eloy Martínez expresó con claridad el espíritu del verdadero periodismo: la búsqueda constante y honesta de la verdad.
En sus palabras: “Preguntar, indagar, conocer, dudar, confirmar cien veces antes de informar: esos son los verbos capitales de la profesión más arriesgada y apasionante del mundo”.

Con esta reflexión, Martínez resume el compromiso ético y la disciplina que todo periodista debe asumir, recordándonos que el rigor y la investigación son el corazón de la labor informativa.

Hoy, más que nunca, es necesario tener presentes esas palabras. Lo digo porque, en una época donde la inmediatez domina la comunicación y los clics parecen importar más que la credibilidad, el periodismo debe reafirmar su esencia.

Cuando los comunicadores renuncian a la verificación, ponen en riesgo no solo su credibilidad, sino la de todo el periodismo, una profesión esencial para la sociedad y de enorme valor público.

Nada justifica la desinformación. Cuando un medio falsea deliberadamente la realidad, traiciona al periodismo y también al público, que tiene derecho a recibir información veraz y contextualizada.

El periodista, como mediador entre los hechos y la opinión pública, tiene la responsabilidad de verificar, contrastar y contextualizar la información. Su compromiso no debe ser con los poderes fácticos ni con intereses particulares, sino con la verdad y con la sociedad a la que informa.

Hoy, más que nunca, en medio de la sobreabundancia de información y la expansión de las noticias falsas, la honestidad informativa se vuelve un acto de resistencia ética. Recuperar la confianza social exige periodistas comprometidos, audiencias críticas y un entorno que premie la transparencia por encima del sensacionalismo.