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En una reciente publicación en Twitter, Kojima describió la pieza como una “balada orquestal que captura perfectamente la melancolía y el misterio de Metal Gear Solid 2”. Compuesta por Rika Muranaka e interpretada por Carla White, el tema destaca por su estilo jazzístico y sus letras profundamente emotivas. “La letra es increíble”, expresó el desarrollador japonés, quien además comentó que el equipo creativo decidió desde el inicio que este sería el estilo musical que representaría al juego.

Lanzado en 2001, Metal Gear Solid 2 se desarrolla en una versión alternativa de Nueva York llena de intriga y sombras, un contexto que, según Kojima, inspiró la creación temprana del tema musical, al cual se le dedicó un meticuloso esfuerzo. La voz de Carla White, combinada con un arreglo orquestal delicado y nostálgico, convirtió esta canción en un emblema emocional de la serie.

La publicación de Kojima generó reacciones nostálgicas de los fans, quienes compartieron recuerdos personales relacionados con la música del juego. Uno de ellos escribió: “Recuerdo que mi mejor amigo y yo nos quedamos despiertos toda la noche jugando MGS2 en la secundaria. Esta canción sonó a las 4 a.m. y nos marcó para siempre”.

El legado de la música en la saga Metal Gear Solid ha sido un pilar fundamental para su narrativa y ambientación. Canciones como “The Best Is Yet to Come” de MGS1 y “Snake Eater” de MGS3 han quedado grabadas en la memoria colectiva de los gamers, pero es el tema final de MGS2 el que ocupa un lugar especial en el corazón de su creador.

“No puedo decir adiós al ayer” continúa siendo un recordatorio del impacto emocional que la música puede tener en los videojuegos, trascendiendo el tiempo y dejando una huella indeleble en la cultura gamer.