Noticias de Tijuana. El Gran Diario Regional en línea, presentando noticias en tiempo real con información de Tijuana, Mexicali, Ensenada, Rosarito, Tecate, Baja California, México y el mundo
En Tendencia: Jaime Bonilla, AMLO, Marina Del Pilar, Policiaca Tijuana, Garita Tijuana, UABC, Pandemia, COVID, Xolos, Toros
Sin respeto, la convivencia se marchita y el diálogo se vuelve imposible; ni las personas ni las naciones pueden escucharse sin él. Bien lo expresó Benito Juárez García: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”
El respeto es un valor esencial que sostiene la convivencia armoniosa en los ámbitos social, político y religioso. Cuando este principio se quebranta, se debilitan los lazos que unen a las personas y se abre el camino a la discordia y la violencia. De su presencia depende el equilibrio entre los pueblos y la paz entre los individuos.
Respetar implica reconocer límites y dignidades: el respeto a las leyes garantiza la justicia; el respeto a las instituciones públicas y a las autoridades fortalece el orden y la confianza social; y el respeto al medio ambiente asegura la continuidad de la vida misma.
En el ámbito religioso, la falta de respeto a la diversidad de creencias genera discriminación e intolerancia, males que solo pueden superarse mediante el reconocimiento de la libertad de conciencia, principio consagrado en diversos tratados internacionales y fundamento de una auténtica convivencia espiritual.
Cuando este valor se pierde, se fracturan los vínculos que nos unen y el egoísmo abre paso a la intolerancia y, finalmente, a la violencia.
En el seno de la familia, la ausencia de respeto siembra la semilla del desencuentro y da origen a conflictos que hieren los lazos más profundos. Por ello, aprender a respetarnos mutuamente es el primer paso hacia la comprensión, la empatía y la auténtica unión del espíritu. Cuando el respeto habita en el corazón, las palabras se tornan amables y desaparecen las actitudes despectivas y agresivas que tanto lastiman la convivencia.
En los ámbitos escolar, laboral y social, la falta de respeto erosiona los vínculos humanos y enturbia la convivencia, deteriorando la confianza y el entendimiento entre las personas. Esta carencia, cuando se prolonga, provoca problemas de comunicación, un ambiente tenso y una disminución en la productividad; e incluso, en ciertos casos, puede desembocar en conflictos abiertos y violentos.
De ahí la importancia de educar en valores, tanto en la escuela como en el seno de la familia. Solo a través de esa formación integral podremos edificar una sociedad más justa y libre de violencia, donde prevalezcan la dignidad, la comprensión y la paz. Ese es, al fin, el anhelo más profundo de la humanidad: vivir en un mundo donde el respeto sea la raíz y el fundamento de toda convivencia.